El abogado constitucionalista Daniel Sabsay se refirió esta mañana en la 99.9 a la Ley de Medios, que recibió el aval de la Corte Suprema. “El fallo es contradictorio”, anticipó. Y aclaró que la ley “tiene un alto contenido político”.
Después de que la Ley de Medios fuera declarada constitucional por la Corte Suprema, se habló mucho, pero se analizó poco el contenido de la nueva norma. Quien analizó todas estas cuestiones esta mañana en la 99.9, fue el abogado constitucionalista Daniel Sabsay. En principio, definió el fallo como “contradictorio. Por un lado, tiene una primera parte donde desarrolla el concepto de ‘libertad de expresión’, dando detalle de cuándo se da la garantía de la libertad de expresión en su faz colectiva. Habla del rol del Estado en la aplicación de la misma, de cómo debe manejarse la pauta publicitaria y debe distribuirse de manera equitativa”.
Todo lo que allí se afirma es lo contrario a lo que sucede en la realidad. “También dice que los canales públicos son de todos y no se deben transformar en vías de publicidad oficial. Esas son algunas claves de la primera parte. Al momento de hacer el control de constitucionalidad, se auto restringe y no reconoce que en este momento Clarín demuestre que, a través del texto de la ley general, se coarte la libertad de expresión. Eso se pondrá de manifiesto cuando se aplique en el caso concreto”, puntualizó Sabsay.
Al momento de establecer críticas puntuales sobre la confección de la ley, destacó: “mi primera crítica es la interpretación de las normas, que no pueden hacerse descontextualizadas. El objetivo de la norma de generar más voces, extender licencias a gente que no tenga posibilidades, hoy no ocurre. En estos últimos cuatro años, no ha sucedido. Realmente, parece que viviera la mayoría en otro país”.
La intensión que tendría esta aprobación inmediata después de las elecciones, queda clara para el abogado: “en la tercera pata de la estructura del fallo aparece, precisamente, lo que no está resuelto. El fallo dice que el Grupo Clarín se apuró y esto lo tiene que demostrar al momento de la aplicación de la ley. Es como una forma de patear todo hacia adelante. El fallo tiene un alto contenido político. Aparece como una suerte de espaldarazo a lo que el Gobierno sostiene, pero al mismo tiempo tiene una suerte de satisfacción para la otra parte, porque le abre una puerta”.
Según la opinión del letrado, será difícil la aplicación real y se encontrarán con más de lo mismo: “es una norma que está llena de defectos, muchos se dejaron seducir por la parte discursiva y retórica. Pero cuando va a la estructura de aplicación de la norma, se encuentra con algo muy similar al COMFER, una organización que siempre va a responder al oficialismo de turno, lo que hace muy difícil la imparcialidad. A eso le suman atribuciones fenomenales que, objetivamente, son censura indirecta. Al parecer, todo eso la Corte no lo vio”.
Esto generó que incluso Sabsay pierda cierta confianza en los magistrados: “es muy triste, porque había elogiado mucho a la Corte por la demostración de una actitud independiente y clara en muchos temas”.