Por falta de inmigrantes indocumentados, la actividad agrícola de California, Estados Unidos, se encuentra en peligro. Tanto los empresarios como los trabajadores esperan la aprobación de la nueva ley migratoria.
La ley de reforma migratoria, que está siendo evaluada para su aprobación en el Congreso de Estados Unidos, será un paso importante para muchos de los trabajadores extranjeros del país. Pero aún más, para quienes se especializan en la agricultura de California.
Tanto los trabajadores como los empresarios esperan con ansias la aprobación de la norma. De lo contrario, la actividad agrícola de esa zona se vería afectada por una profunda crisis, debido a la falta de mano de obra.
Según Casimiro López, director regional del sindicato United Farm Workers (UFW, Unión de Trabajadores del Campo), “el paso fronterizo de inmigrantes ha disminuido debido a la extrema vigilancia en la frontera entre México y Estados Unidos. Ello está impactando de lleno en la agricultura de California”.
De acuerdo a un informe del Centro Pew Hispanic publicado en 2011, el flujo neto de inmigrantes entre ambos países es por primera vez cero. “Los rancheros no alcanzan a levantar las cosechas. Se están echando a perder fresas, uvas y vegetales y hay muchos problemas para cosechar a tiempo. Las trabas que se están poniendo a la mano de obra indocumentada están ocasionando un perjuicio tremendo a la agricultura de California y otros Estados“, explica el director de UFW.
La producción agrícola de California es la mayor del país norteamericano. Además, es el Estado con mayor cantidad de trabajadores: más de un millón durante las épocas de alta actividad. Sin embargo, hay cerca de un millón y medio de trabajadores indocumentados en todo el país, siendo el sector productivo con más cantidad de empleados sin papeles.
El secretario de la Unión de Campesinos, Sergio Guzmán, aclaró que “si no fuera por ellos, las familias ricas no tendrían frutas ni vegetales en sus mesas para comer”. Pero quienes trabajan para que eso sea posible “están más explotados que sus compañeros con permisos en regla, porque tienen miedo a perder sus trabajos si ejercen sus derechos”, manifiesta.
“Es importante que los trabajadores se sientan seguros en este país”, apunta el secretario de UFW. Y agrega que “uno de los problemas es que los campesinos salen de sus casas y no saben si van a regresar. Diariamente se están deportando a 1.400 personas”.
Otro de los problemas que padece esta gente es que hace tiempo trabajan sin poder ver a sus familiar. “Hay campesinos que llevan hasta 15 años sin ver a sus familias, pero si se van no pueden regresar ya que la falta de papeles les bloquearía la reentrada”, explica Casimiro Álvarez.
“De no pasar la reforma de inmigración, sería un fracaso para este país, y un retroceso. De lograrse, ayudaría a mejorar la economía, pues los nuevos residentes comprarían casas, coches y los demás bienes que conlleva una vida con papeles”, comenta Sergio Guzmán.
Tom Stenzel, director ejecutivo de United Fresh, analiza que: “es importante encontrar una manera de legalizar a los trabajadores que ya están aquí. La industria tiene que mirar al futuro y prever qué va a pasar una vez que esos trabajadores tengan papeles. Es difícil de saber cuántos van a dejar de trabajar en la agricultura para pasarse a otros sectores. Lo que es seguro es que sus hijos no van a continuar faenando en el campo, razón por la que necesitamos un flujo continuo de trabajadores de fuera”.