Los menores cantan alabanzas a terroristas como Osama Bin Laden.
La maquinaria de propaganda del Estado Islámico no tiene freno. Los yihadistas quieren demostrar que su capacidad de reclutamiento no conoce límites de edad ni fronteras y han mostrado vídeos en que aparecen jóvenes e incluso niños occidentales que se han unido al grupo terrorista.
Estos últimos días se ha hecho público un vídeo del Estado Islámico en que dos niños franceses aparecen cantando canciones religiosas en que loan las ‘hazañas’ de yihadistas como Osama bin Laden. Uno de los niños lanza un mensaje en francés en que insta a los musulmanes que viven en Francia a tomar las armas.
Otro joven occidental que se ha unido a este grupo ha sido bautizado por la prensa anglosajona como el “yihadista blanco”. Se trata de un joven australiano de 18 años y nacido en el seno de una familia no musulmana. Según una investigación periodística de Fairfax Media, el joven se llama Jake, tiene 18 años y es originario del barrio de Craigieburn, en Melbourne.
El pasado diciembre, el Estado Islámico difundio el vídeo en que se veía al joven, lampiño y de piel muy blanca, rodeado de yihadistas y blandiendo un fusil de asalto. Jake, que ha sido rebautizado por los yihadistas como Abdur Raheem o Abú Abdulá, era un estudiante brillante que a los 16 años comenzó a mostrar una confusión existencial que le llevó a buscar respuestas espirituales al vacío que sentía, según ha explicado su entorno.
MIEDO A SER SUICIDA
El chico acabó convirtiéndose al islam y, pese a sus buenas notas, decidió dejar los estudios. Poco después de cumplir los 18 años se desplazó a Siria, donde entró en las filas del Estado Islámico. Una vez allí telefoneó a sus padres, a los que dijo que estaba entrenándose para llevar a cabo una operación de martirio. No obstante, semanas más tarde volvió a llamarles comunicándoles que había tenido miedo y que prefería, en lugar de ser un terrorista suicida, convertirse en un mártir.
Ese no es el primer joven australiano que se une al Estado Islámico. La semana pasada, las autoridades del país interceptaron en el aeropuerto de Sydney a dos chicos, de 16 y 17 años, que pretendían viajar a Turquía para, desde ahí, cruzar a territorio sirio.