La empresa considera “radical y arrolladora” la propuesta del Departamento de Justicia y advierte contra la posibilidad de tener que escindir Chrome y Android.
El juez Amit Mehta sentenció en verano que Google abusó de su posición dominante en el mercado de las búsquedas con una conducta monopolística ilegal. Esa era solo, sin embargo, la primera parte del juicio. Ahora toca litigar sobre cuáles son los remedios apropiados para luchar contra esa conducta y el Departamento de Justicia puso este martes sus cartas sobre la mesa. En un escrito registrado ante el juzgado, los fiscales plantean medidas de calado para remediar las infracciones de Google en varios frentes. Anticipan que se plantean medidas estructurales, que pueden suponer la venta o separación de parte del negocio del gigante tecnológico.
También manejan la prohibición de los acuerdos que suponen la instalación por defecto del buscador de Google en otros navegadores (incluidos los de los iPhone) y exigir a la compañía que dé acceso a los datos subyacentes que utiliza para construir sus resultados de búsqueda y productos de inteligencia artificial.
“Los demandantes están considerando remedios conductuales y estructurales que impidan a Google utilizar productos como Chrome [su navegador], Play [su tienda de aplicaciones] y Android [su sistema operativo] para favorecer la búsqueda de Google y los productos y funciones relacionados con la búsqueda de Google ―incluidos los puntos de acceso y funciones de búsqueda emergentes, como la inteligencia artificial— frente a rivales o nuevos participantes”, dice el escrito, que tiene un total de 32 páginas, pero solo 10 de contenido efectivo. El resto son la carátula y 21 páginas de firmas, dado que el texto está suscrito por los representantes legales de los Estados que demandaron a Google junto al Departamento de Justicia.
Google respondió a través de su blog que la propuesta inicial del Departamento de Justicia para reformar el mercado de los motores de búsqueda es “radical y arrolladora” y podría tener “consecuencias negativas imprevistas para la innovación y los consumidores estadounidenses”. Indica que obligar a Google a compartir las consultas de búsqueda, clics y resultados con la competencia pone en riesgo la privacidad y seguridad de los usuarios. y, sobre todo, indica que “separar Chrome o Android los rompería, y rompería muchas otras cosas”. “Hemos invertido miles de millones de dólares en Chrome y Android”, indica Google. “No nos equivoquemos: separarlos cambiaría sus modelos de negocio, aumentaría el coste de los dispositivos y debilitaría a Android y Google Play en su fuerte competencia con el iPhone y la App Store de Apple”, apostilla.
Movimiento de calado
El del Departamento de Justicia es el primer movimiento de calado de una nueva batalla legal que se prolongará durante meses. Los propios fiscales recuerdan que, según el calendario marcado, irán afinando sus propuestas primero en noviembre y luego en marzo del próximo año. “La conducta ilegal de Google persistió durante más de una década e implicó una serie de tácticas de autorrefuerzo. Deshacer ese comportamiento ilegal y alcanzar los objetivos de una solución antimonopolio eficaz requiere tiempo, información (en particular, dadas las asimetrías de información entre los demandantes y Google) y una cuidadosa consideración”, advierte el escrito.
No se espera una decisión del juez Mehta en este caso hasta verano del año próximo. En paralelo, se está celebrando otro juicio contra Google en el que el Departamento de Justicia acusa a la compañía de ejercer un triple monopolio en el mercado de la publicidad digital.
Los fiscales sostienen que, una vez que se ha determinado que Google violó las leyes antimonopolio en el mercado de las búsquedas, la solución para sus infracciones debería liberar estos mercados de la conducta excluyente de la compañía, eliminar los obstáculos a la competencia, negar a la empresa los frutos de sus infracciones e impedir que monopolice estos mercados y otros relacionados en el futuro.
Para ello, los demandantes estudian soluciones para abordar cuatro categorías de perjuicios: los relacionados con la distribución de búsquedas y los acuerdos de reparto de ingresos de Google; con la acumulación y uso de datos; con la generación y visualización de resultados de búsqueda, y con la escala y monetización de la publicidad.
Medidas drásticas
Las medidas más drásticas afectan a las vías de distribución y los acuerdos de reparto de ingresos, los fiscales se plantean prohibir que se limiten o prohíban los acuerdos por defecto (como los que le permiten ser el buscador en los navegadores de los iPhone y los iPad de Apple), los acuerdos de preinstalación y otros acuerdos de reparto de ingresos relacionados con la búsqueda. Pero, además, se plantean esas medidas estructurales y de conducta que impidan a Google utilizar productos como Chrome, Play y Android en beneficio de sus búsquedas, lo que abriría la puerta a una venta de activos, una división o gestión separada.
En relación con la acumulación y el uso de datos, los demandantes están estudiando soluciones que prohíban a Google utilizar o conservar datos que no puedan compartirse efectivamente con otros por motivos de privacidad y también otros remedios que reducirían el coste y la complejidad de indexar o conservar datos para los motores de búsqueda generales rivales.
En el tercer apartado, el de generación y visualización de resultados de búsqueda, los remedios pueden poner cortapisas al desarrollo de las herramientas de inteligencia artificial de Google, pues se plantean exigir al buscador que permita a los sitios web rastreados para la búsqueda optar por no servir para el entrenamiento o no aparecer en ningún producto o función de inteligencia artificial propiedad de Google.
En lo relativo a la escala y monetización de la publicidad, el cuarto apartado, los demandantes están estudiando soluciones para la publicidad de texto en búsquedas generales que crearán más competencia y reducirán las barreras de entrada. Este extremo se da la mano con el otro caso antimonopolio por el que se está juzgando a Google.
Evitar incumplimientos
Ni siquiera con eso se acaba la lista de remedios que se plantea exigir el departamento de Justicia y sus aliados y que, de ser atendidas por el juez, pueden convertir la gestión de Google en un infierno regulatorio. En el texto de este martes, los fiscales indican que un remedio eficaz requiere protecciones contra la elusión y las represalias, incluso mediante vías novedosas. Por ello, los fiscales están considerando remedios adicionales.
Google ya ha dicho que planea recurrir la decisión del juez Mehta, pero debe esperar hasta que se dicte un fallo concreto antes de hacerlo. El caso aún puede enredarse muchos años en los tribunales.
El lunes, otro juez federal ordenó a Google abrir su tienda de aplicaciones durante los próximos tres años para resolver otro caso antimonopolio, esta vez presentado por Epic Games y relacionado con su dominio de la distribución de aplicaciones en los teléfonos inteligentes Android. La empresa también tiene previsto recurrir esa decisión.