El vecino Eduardo Domínguez reclamó por mayor seguridad en la zona de la Seccional Tercera donde denunció que los efectivos policiales no hacen nada para combatir el delito. “Estamos cansados, sufrí el asalto de mi hijo dos veces y de otros chicos también. Es cansador y peligroso”, puntualizó.
La inseguridad en Mar del Plata es una constante, pero hay algunos barrios que la están sufriendo más que otros. La jurisdicción de la Comisaría Tercera hoy está apuntada por los vecinos ya que no responden a los constantes pedidos y tampoco se encargan de detener a los delincuentes que acechan la zona.
Esta mañana, en la 99.9, Eduardo Rodríguez, uno de los vecinos del lugar contó lo que le toca pasar día a día. “Estamos cansados, sufrí el asalto de mi hijo dos veces y de otros chicos también. Es cansador y peligroso. Mi hijo concurre a la Sagrada Familia en Rondeau y Magallanes”.
En las cercanías de esa institución, hay un grupo de chicos que se dedican a robar. “Sin querer discriminar, hay una villa en Ayolas desde Edison hasta Cerrito que tiene una bandita de chicos que no estudian y no están controlados. Hay una plaza, la de la Vieja Usina donde se junta esta gente y le roban a los chicos. Ni siquiera pueden ir a la plaza a jugar al fútbol. La comisaría está a unos metros del colegio pero nadie hace nada”, contó enojado Eduardo.
Además denunció la inactividad de los policías que son conscientes de todo lo que sucede a su alrededor pero no actúan. “El lugar más seguro de Mar del Plata son las estaciones de servicio porque ahí duermen los policías. Si uno pasa por la puerta de la comisaría están los patrulleros parados ahí mientras los chicos están en la plaza con su bolsita o el porro, pero nadie hace nada. Estos se empezarán a mover cuando haya alguien lastimado o muerto”, dijo.
No sólo está preocupado por su familia a quienes ya les han robado, sino que lo vivió en carne propia: “a mí me tocó que me robaran después de dejar el auto en la cochera. Esta zona es tierra de nadie, estamos a la buena de Dios”, puntualizó.
La impotencia y la bronca se transforman entonces en moneda corriente. “Me cuesta mucho conseguir lo que tengo y no quiero que nadie me lo saque. Le llevan la vida a una persona y no vas mañana y la repones, se termina todo. Esta gente no lo entiende”, alertó Rodriguez.
El reclamo es simple y resuena en todos los barrios de la ciudad, porque ya no hay lugar seguro. “Lo que quiero es seguridad, el intendente ayer indicó que van a reinsertar a las personas haciendo polideportivos, pero hay que hacer algo ahora. Quiero que me vigilen, pago mis impuestos y quiero que me cuiden”, pidió.