Beatriz es madre de Johana, una de las jóvenes internadas en Posada del INTI, institución que se dedica a la recuperación de adictos y que hace seis meses no recibe los fondos de la Provincia. “El alcohol, junto con la marihuana, es la puerta que se abre a otras sustancias. No se puede tapar el sol con las manos”, destacó.
La situación que atraviesa la Posada del INTI es realmente preocupante. Tal es la desesperación por las deudas que mantiene la Provincia de Buenos Aires que próximamente, si no hay respuestas, comenzarán una huelga con acampe.
Mientras los directivos de la Posada intentan luchar contra molinos de viento para que el gobernador cumpla con lo que prometió, hay familias detrás que pelean por la salud de sus hijos e hijas. Esta mañana en la 99.9, contó su experiencia Beatriz, que tiene internada a su hija Johana: “mi hija está internada desde el 1º de abril. Toda la familia hicimos el trámite en el CPA de Pinamar, y por la Secretaría de Adicciones tuvo una beca y está internada en Posada del INTI. Nosotros estamos muy conformes porque mi hija está muy contenida, tiene operadores, psiquiatra, psicólogo, teatro, grupos, coro, de todo”.
Sin embargo, cuando habían encontrado un poco de paz, llegaron los inconvenientes: “ahora nosotros estamos con un problema porque hay 40 personas internadas y 40 familias que estamos afligidos porque a la comunidad, la provincia no le ha mandado los fondos para pagar las becas de nuestros hijos. No hay forma de que los trasladen a ningún lado, por lo que nuestros hijos quedarían sin tratamiento y en la calle. Todos los padres hacemos un gran sacrificio y somos responsables del tratamiento”.
La desesperación no es solo patrimonio de los directivos, porque los padres ingresan en la misma vorágine y Beatriz no es la excepción: “estamos caminando en la cuerda floja. Entendemos que hay gastos que se deben pagar y no llega el dinero de la Provincia. Están desde noviembre sin pagar estas becas. Pensamos que es abandono de persona si los dejan en la calle. Nosotros apoyaremos al director de la Posada incondicionalmente”.
No es fácil luchar contras las adicciones, y estas familias han tomado el compromiso de hacerlo acompañando a la persona que está padeciendo el problema. Sobre su hija, Beatriz comentó que “Johana tuvo épocas buenas y malas. Siempre tuvo tratamientos ambulatorios, hasta el año pasado estudió una carrera terciaria, pero si no se trata con una internación es muy difícil. El año pasado tuvo una recaída”.
Su historia se remonta a la adolescencia, cuando comenzó a meterse en un mundo muy difícil. Y Beatriz puede dar fe de que hay daños muy importantes más allá de lo que se diga públicamente. “Ella empezó a consumir a los 16 años, y lo hizo con la marihuana y el alcohol. Cuando dicen que la marihuana no hace nada y es un relajante, hay que decir que es una droga adictiva que mata neuronas y es muy dañina. El alcohol junto, con la marihuana, es la puerta que se abre a otras sustancias. No se puede tapar el sol con las manos”, contó.
Toda la comunidad de Posada del INTI quiere que esto se solucione: “hay un compromiso de los padres, pero también de los chicos que están internados. El otro día mi hija me dijo que no se quería mover de ahí porque había encontrado su lugar”.