La institución trabajará en un nuevo protocolo para que la gente pueda recibir el alerta a tiempo.
Hay un principio de la Geología según el cual “la naturaleza repite los eventos, no lo hace con la misma intensidad ni lo hace en el mismo período de tiempo, y eso pasó y va a volver a pasar; tenemos que estar preparados y planificar. La gente lo ignora por eso construye en esos lugares”. Así lo expresó Lorenzo Parra, miembro del Colegio de Geólogos de la provincia, en una entrevista con Radio Ancasti.
El Colegio se encuentra abocado a elaborar un informe a fin de brindar una información certera que permita identificar las causas por las que se produjo tanto el aluvión en Siján como en El Rodeo en la noche del jueves.
Parra, experto en sedimentos y aluviones, sostuvo que se trató de un riesgo hídrico producido por la gran precipitación en la cuenca alta del río Ambato o lo que sería el cerro Ambato que divide las aguas del departamento Pomán y las del departamento Ambato. “Vamos a trabajar para generar nuevos protocolos a fin de que la gente esté alerta y no vuelva a ocurrir nuevamente esto, que se podía haber previsto. Es lo que vamos a manifestar en el documento, ya que se podría haber mitigado o minimizado el impacto”, explicó.
Y señaló que “el río iba a crecer por la lluvia que cayó en la cuenca alta del Ambato, iba a traer bastante agua, pero si hubiera existido un plan se podría haber alertado a la gente y el impacto hubiera sido menor en cuanto a vidas humanas. Quiero ser claro en que no estoy echando culpas a nadie, sino que estoy diciendo que se puede prever. La tormenta en El Rodeo estuvo muy anunciada, entonces hay formas y métodos para que en la cuenca alta de los ríos Ambato, Los Nogales, Las Trancas, El Tala, Siján y demás se coloquen instrumentos que detecten la creciente, como por ejemplo alarmas sonoras, que puedan ser detectadas por la gente y salir del lugar. Hay un tiempo entre que se produce la creciente y que llega al pueblo, ese tiempo puede ir de 10 minutos a media hora o una hora”.
Parra explicó el fenómeno señalando que el río aumentó el caudal paulatinamente hasta que se produjo la estampida, “esto significa que se desprendió el aluvión y por su propio peso, gravedad y masa, ya lo arrastra con bloques de gran tamaño. Previo a eso hay un aumento del caudal, el río se empieza a poner turbio”.
Consideró, además, que querer sacar una conclusión de por qué se quema un cerro o por qué hay mayor material suelto, es minimizar el asunto ya que se trata de una situación de montaña donde hay ríos con gran competencia que pueden traer gran material en poco tiempo. también, de una lluvia en la cuenca con muchos litros de agua que no son contenidos por el río y que tienen que ser evacuados por la cantidad de pequeños torrentes que lo tributan. Esa enorme cantidad de agua ingresa al río Ambato, que lo tiene que descargar, porque es el colector principal de todos esos tributos; entonces, al descargarlos, lo hace con tanta fuerza por la pendiente que tiene, que arrasa con todo lo que tiene abajo.
“Después de un aluvión como el del jueves queda disponible mucho material para una nueva creciente, entonces hay que comenzar a trabajar en una limpieza del río. Hoy está en un nivel de desequilibrio porque niveló a su manera y ha puesto el nivel a otro lugar mucho más alto de lo que estaba antes, es decir que las casas que estaban bajas como la de Villafañe, donde funcionaba la usina, la zona del mástil, estaban muy bajas”, indicó Parra.