La titular de Abuelas de Plaza de Mayo dijo que hay una “persecución” contra el matrimonio presidencial.
La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto defendió nuevamente a Néstor y a Cristina Kirchner. Dijo que “no son gente deshonesta”, se refirió a su relación con el matrimonio presidencial y cuestionó al gobierno de Mauricio Macri.
“Cuando esta gente que gobierna hoy dice que los Kirchner nos utilizaron, yo digo que, al contrario, nosotras utilizamos a los Kirchner, porque conocíamos su sensibilidad para estos temas”, indicó en declaraciones al diario El País, de España.
“Acá hay una persecución política tremenda a la ex presidenta Cristina y a Néstor, si pudieran hacerlo resucitar para meterlo en la cárcel, lo harían”, añadió.
Carlotto defendió a los Kirchner y mostró su confianza hacia ellos en cuanto a las sospechas de corrupción. “Sé lo de la bolsa de los dólares pero es una persona. Es como si yo acá tuviera alguien que haga lo mismo, ¿Me van a echar la culpa a mí? ¿Qué vas a hacer si tenés empleados deshonestos? Yo personalmente tengo la confianza de que no eran gente deshonesta. Tienen mucha plata. Pero eso no es robar”, indicó.
Además de hablar de su relación con los ex presidentes, la titular de Abuelas se volvió a referir a la discusión que tuvo con el último nieto recuperado, Hilario Bacca, un hijo de desaparecidos que mantiene el apellido de sus apropiadores. “A él todavía no le cayó la ficha de que esas personas no son los papás y cometieron un delito al no permitirle que viva con su familia y apoyar a los que a él lo hicieron huérfano“, apuntó.
“Con el chico tenemos la paciencia, el cariño y el amor pero con la justicia estamos muy enojadas. Nunca puede conceder algo que está estrictamente prohibido, que es consentirle conservar los apellidos. Los apellidos son de papá y mamá”, agregó.
Carlotto recordó los momentos más difíciles que le tocó vivir en los últimos años y afirmó que lo más duro que le pasó fue cuando se enteró de que su hija, Laura, había fallecido. “Cuando la policía nos llamó a mí y a mi esposo para decirme que lamentaba informarnos que Laura había fallecido. Les grité asesinos y les señalé un Cristo grande que tenían colgado, les dije que ese los iba a juzgar si nosotros no podíamos. Mi marido no me permitió verla, estaba desfigurada”, concluyó.