Estonia retirará los monumentos soviéticos en una ciudad de habla rusa

Estonia retirará todos los monumentos públicos soviéticos en su ciudad de Narva, de mayoría rusoparlante, anunció el martes el Gobierno estonio, alegando el aumento de las tensiones en la ciudad y acusando a Rusia de intentar explotar el pasado para dividir a la sociedad estonia.

Estonia, que en su día formó parte de la Unión Soviética, es miembro tanto de la OTAN como de la Unión Europea y ha apoyado firmemente a Ucrania desde la invasión rusa del 24 de febrero, temiendo, al igual que sus otros vecinos bálticos, ser los siguientes.

Sin embargo, casi una cuarta parte de sus 1,3 millones de habitantes son de etnia rusa y Tallin teme que esta minoría caiga bajo la influencia de Moscú.

El martes, las autoridades estonias de Narva retiraron con una grúa un tanque soviético de la época de la Segunda Guerra Mundial, según imágenes de la emisora nacional ERR. La policía informó a la agencia de noticias BNS de que se había recurrido a los militares para la operación.

La primera ministra estonia, Kaja Kallas, dijo que la retirada del tanque se había ordenado “porque las tensiones están aumentando en Narva y sus alrededores” y Estonia no debe dar a Rusia la oportunidad de explotar el pasado del país para dividir aún más a la sociedad, informó BNS.

No dio detalles sobre las posibles injerencias.

El condado de Ida-Viru, al noreste de Estonia, que hace frontera con Rusia e incluye Narva, tiene tres cuartos de etnia rusa, según las estadísticas oficiales.

Los estonios tienen una visión mixta de su historia: invadidos por las fuerzas alemanas nazis y soviéticas en la guerra, tuvieron hombres en ambos lados del conflicto. La época soviética también supuso la deportación de decenas de miles de estonios a campos de trabajo siberianos.

En 2007, se produjeron disturbios en Tallin por parte de jóvenes de habla rusa cuando Estonia retiró un monumento del Ejército Rojo de la Segunda Guerra Mundial del centro de la capital. Moscú calificó la medida de insulto a los combatientes soviéticos que expulsaron a los ocupantes nazis de Estonia y negó cualquier implicación en los posteriores ciberataques contra las instituciones estatales estonias.

En su declaración del martes, el Gobierno estonio también dijo que retiraría más monumentos soviéticos en Narva, como un monumento de la época soviética a las víctimas de la guerra, que sería sustituido por “una lápida neutral”.

El ministro de Asuntos Exteriores, Urmas Reinsalu, también dijo que a cualquier extranjero que se opusiera a las retiradas se le revocaría el permiso de residencia, informó la agencia de noticias BNS.