Estudiantes secundarios lanzaron tres cohetes

Es la primera vez que lo logran estudiantes tan jóvenes.  Estudian en el Otto Krause y ahora desarrollarán uno contra el granizo.

jovenes-lanzaron-cohetesUn grupo de estudiantes, egresados y profesores de la Escuela de Educación Técnica N° 1 Otto Kraus pusieron en juego ideas de la física, la computación, la matemática, la química y la electrónica y construyeron tres cohetes que fueron lanzados el domingo pasado desde el campo de vuelo de la Agrupación Aeromodelista Libertad, en Berisso. Es la primera vez que estudiantes secundarios de la Argentina consiguen lanzar cohetes, hechos parcialmente con una impresora 3D.
“Desde fines del año pasando veníamos trabajando dentro de un programa que se llama ‘Pampa Cielo’, dentro de la Usina de Innovación tecnológica Ingeniero Jorge Newbery, que funciona en la escuela”, contó a Clarín el técnico químico Jorge Romero, que participa como egresado del colegio y fue cofundador del Instituto Civil de Tecnología Espacial (ICTE) hace más de 40 años.
“El entusiasmo por ver el lanzamiento de nuestros propios cohetes hizo que estuvieran listos muy rápido”, comentó el ingeniero civil Alejandro Yaya, coordinador de la Usina que inauguró instalaciones el año pasado con la presencia de Miguel De San Martín, investigador argentino que trabaja en la NASA y forma parte de la misión robótica Curiosity, en Marte.
El grupo del Otto Krause –fundada en 1899, la escuela de educación técnica más antigua del país– que lanzó los cohetes estuvo integrado por doce alumnos (once varones y una mujer, que cursa cuarto año de la especialidad electrónica), varios egresados y algunos profesores con diferentes niveles de participación. Parte del grupo ya tenía experiencias positivas al desarrollar fresadoras automáticas y un dirigible robótico para exploración, que les permitieron ganar dos premios del Concurso Nacional de Innovaciones “Innovar”.
En menos de seis meses, el grupo construyó los tres cohetes, que midieron entre 40 y 60 centímetros. Los lanzaron con éxito y todos los aparatos regresaron a la superficie terrestre con un sistema de recuperación por paracaídas. El cohete más grande superó el kilómetro de altura. Mucho más de lo que sus hacedores esperaban.
“Superó nuestras expectativas”, sostuvo Yaya. En cambio, los cohetes más chiquitos fueron lanzados primero, el domingo, alcanzaron 100 metros y sirvieron como referencia para optimizar diferentes parámetros del cohete mayor.
Los cohetes fueron hechos con estructuras de materiales plásticos con fibras de vidrio y se fabricaron en parte con una impresora 3D, que se compró con apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y la Fundación Otto Krause.
“El objetivo del lanzamiento de los cohetes fue fundamentalmente didáctico. Además, se ensayaron a aplicación de principios físicos al direccionamiento de los cohetes y los sistemas electrónicos de recuperación de cargas y separación de etapas. Apuntamos a capacitar y entrenar a los jóvenes en las disciplinas que hacen a la investigación espacial”, resaltó Romero.
En tanto, el ingeniero Yaya resaltó que los dos cohetes más chicos tuvieron una función educativa para los estudiantes, pero el tercero fue un escalón hacia un objetivo mayor que los seduce mucho.
“El más grande fue un cohete de motivación, porque al hacerlo nos hemos entrenado y ganamos experiencia para otro objetivo: desarrollar un cohete antigranizo, especialmente para la zona de Mendoza, que deberá alcanzar los 10 kilómetros de altura”, afirmó.
Después del lanzamiento, al que asistieron más de 50 personas en Berisso, el grupo de alumnos, egresados y profesores quedó exultante: “es que con el lanzamiento de los cohetes –enfatizó el ingeniero– hemos demostrado que se pueden hacer desarrollos de tecnología aeroespacial dentro de las escuelas técnicas argentinas. Incluso, la gente de la Agrupación Aeromodelista de Berisso quedó tan encantada que nos invitó a seguir con las experimentaciones”.