Los seis países más grandes de la UE acordaron medidas para reforzar controles y fronteras. Apuntan a la Guardia Civil de España por la muerte, ayer, de 9 marroquíes.
El próximo domingo, Suiza votará en referéndum si impone cuotas a la inmigración procedente de la Unión Europea. Los argumentos del xenófobo Partido Popular Suizo (SVP), impulsor de la consulta, suenan cada vez con más frecuencia a lo largo y ancho del territorio europeo: denuncian que el país enfrenta una ola de inmigración masiva y piden por ello modificar la Constitución y fijar cupos anuales de permisos de trabajo para extranjeros. En otros países, son todavía más directos. El gobierno francés de Francois Hollande deportó a una niña rumana que estaba en extrema vulnerabilidad; el líder del partido británico de extrema derecha UKIP, Nigel Farage, llamó sin más a prepararse para la llegada de una ola de criminales búlgaros y rumanos este año, a raíz del levantamiento de las restricciones de entrada a esos ciudadanos.
El ascenso estrepitoso de líderes, grupos y partidos nacionalistas, populistas, de extrema derecha y xenófobos se suma a esta nueva realidad europea. ”La derecha de la derecha de la derecha”, titulaba ayer el diario El País una nota referida al lanzamiento del partido Vox, una escisión (por derecha, claro está) del Partido Popular (PP). Una gestación que linkea, al menos desde su postulación (no se sabe qué nivel de fuerza tendrá) al Tea Party republicano en Estados Unidos.
La noticia, ayer, de la muerte de nueve inmigrantes subsaharianos durante un nuevo intento masivo (era un grupo de 400) de cruzar la frontera desde el norte de Marruecos al enclave español norteafricano de Ceuta, reavivó la cuestión de la presión migratoria a las puertas de Europa. Y puso especialmente en cuestión el accionar de la Guardia Civil española, a la cual varios testigos incriminaron por las muertes. “La Guardia Civil ha disparado pelotas de goma a los flotadores y gases lacrimógenos, eso los ha matado“, contó uno de los sobrevivientes a la ONG Caminando Fronteras, según informó el diario Público. Los agentes dicen que lanzaron salvas al aire, nunca a los cuerpos, con intención disuasoria.
El gobierno español decidió recientemente reforzar la valla que rodea a Ceuta instalando un alambre de cuchillas en su parte superior, lo que provocó las protestas de organizaciones de defensa de derechos humanos y del opositor PSOE.
Pero más allá de las medidas de cada país, también a nivel bloque se debaten y toman decisiones para blindarse de la inmigración ilegal.
Ayer, los ministros de Interior de los seis países más grandes de la UE (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España y Polonia) acordaron medidas operativas para reforzar las controles y las fronteras con el objetivo de mejorar la lucha, no solo contra la inmigración irregular sino también el terrorismo internacional y la delincuencia organizada. Esto sucedió durante la cumbre del denominado G-6 que se reunió en Cracovia. La Primavera Árabe y los conflictos vividos por otros países de la región subsahariana han incrementado el número de personas que tratan de llegar a España y Europa.