En siete de cada diez hogares hoy ya no hay niños. En treinta años habrá un joven por cada dos mayores. El motivo: fallan las políticas familiares
Europa se está convirtiendo en un club de ancianos. A pesar del crecimiento poblacional gracias a la inmigración, el viejo continente está inmerso en un invierno demográfico sin precedentes con siete de cada diez hogares en los que no hay ningún niño.
En la actualidad, nacen 1,5 millones de niños menos que hace 40 años en Europa, y eso a pesar del aumento de la población en 60 millones en este tiempo y la inyección de la natalidad de las madres extranjeras. Esto explica que ya el 19,2% de la población europea sea mayor de 65 años. Los 97,7 millones de personas mayores ya superan en más de 18 millones a los jóvenes menores de 15 años. Este dato contrasta con lo que sucede en EE UU, Rusia y China, donde la población juvenil es aún mayor que su población mayor, al contrario que en la UE28. Éstas son algunas conclusiones del informe sobre la «Evolución de la Familia en Europa 2018», de la Federación Internacional del Instituto de Política Familiar (IPF), presentado ayer con motivo del Día Internacional de la Familia. En los últimos 35 años se han «perdido» más de 23 millones de jóvenes. En cambio, la población mayor de 65 años se ha incrementado en 36,4 millones.
De continuar con la baja tasa de natalidad, la población europea en 2050 estará totalmente envejecida: casi una de cada tres personas será mayor de 65 años y sólo una de cada siete será menor de 15 años. Esto hará que la pirámide poblacional esté totalmente invertida, siendo el segmento más numeroso el de los mayores de 65 años.
El estudio avanza hasta el año 2080. Para entonces, la población mayor de 80 años (que hoy representa ya el 5,1% de la población) será semejante a la juvenil en número. La población mayor de 65 años representará el 29,1% de los europeos, frente al 15,2% que supondrá la población menor de 15 años. Con el fin de revertir esta tendencia, desde lPF piden a los estados miembros de la UE cambiar y reforzar las políticas familiares, de modo que apliquen una verdadera conciliación de la vida laboral y la familiar.
En el apartado económico, desde el Instituto aseguran que Europa destina cada vez menos dinero a la familia. Y tachan de discriminantes las diferencias económicas de las prestaciones que destina cada estado miembro. Así, mientras en Grecia las prestaciones van desde 215 euros al año, en Luxemburgo esta cuantía asciende a 2.286 euros. Grecia, Portugal y España son los países de la UE15 que menos dinero destinan a la familia. Y ponen como ejemplo una hogar con dos hijos sin restricciones de renta: en Luxemburgo percibiría una prestación de 587 euros al mes, en Alemania de 384 y en Bélgica de 31. En cambio, esa misma familia no recibiría ninguna ayuda en Grecia, en Letonia se le darían 23 euros al mes y en Lituania 33 euros siempre y cuando su renta sea muy pequeña.