Uno de los vecinos que protestó en la ruta el fin de semana, habló en la 99.9 sobre la situación que viven en la zona de Chapadmalal.

La inseguridad en Mar del Plata sigue siendo un tema cotidiano y los vecinos, en distintos puntos, salen a protestar. El pasado fin de semana, aprovechando el impacto del fin de semana largo y la circulación, los vecinos de la Zona Sur hicieron una manifestación en la ruta.
Uno de los presentes fue Fabián que habló sobre la situación en la 99.9: «hace 28 años que me vine a vivir acá a la zona de Chapadmalal, sabiendo las carencias que había, pero con la mayor virtud de todas que era la tranquilidad. En ese momento tenía enfrente una sola casa y un patrullero. Después de 28 años, enfrente tengo diez propiedades, 10 vecinos nuevos y un patrullero. La gente que maneja el Ministerio de Seguridad, el tema policial, no hace los reglamentos como corresponde. No se han dado cuenta realmente del crecimiento demográfico de la zona. Como bien se sabe, hoy por hoy toda zona de chapa es la joya de la corona y seguimos con un patrullero. El otro día hubo un hecho delictivo, le robaron en un domicilio, fue la policía y lo tuvieron que ayudar a empujar el patrullero cuando se fueron, porque no arrancaba. Esa es la situación que estamos viviendo de seguridad en la zona de Chapadmalal. Tanto con el tema de seguridad, con el tema de salud, no hay nada, estamos cada día peor».
Los robos se incrementan, las denuncias se hacen y hasta las protestas públicas, pero nada cambia para los vecinos: «Este verano fue terrible la cantidad de robos que hubo, y en estos días también hay dos o tres robos por día. El Marquesado depende de Serena y Serena de Acantilados. Un solo patrullero tiene que cubrir aproximadamente unos 15 kilómetros y después desde la Ruta 11 hasta el camino viejo. Antiguamente, cuando nosotros teníamos un problema de seguridad, llamábamos directamente a la comisaría, que tenía otro sistema de trabajo con los vecinos, mucho más cercano. Hoy tenés que llamar al 911 y cuando no hay patrullero, viene uno desde otra cuadrícula que tiene más o menos unos 40 minutos mínimo hasta que llega. Esto es tierra de nadie y el vecino se cansó. Realmente lo que sentimos que la desidia de todo esto no es ni siquiera de la gente que está trabajando con el patrullero en la zona, es de la gente que realmente tiene que manejar esto».
Ante las dificultades para denunciar, los vecinos terminan desistiendo de hacerla porque los mandan de un destacamento al otro. Eso genera que no exista registro real de todo lo que pasa: «por estadística, la zona figura como tranquila, y la verdad que tranquila no tiene nada. Estamos continuamente viviendo esto. Llega un momento que realmente el vecino común, todos, nos hartamos. La municipalidad tiene una responsabilidad importante también. Acá el otro día, en una situación de un hecho delictivo, el propietario de la casa cuando salió no lo pudo divisar al que le robó porque al lado los pastizales tenían más de 1 metro. Tenés problemas con las luminarias, con las calles que están destruidas, es una problemática grande. Acá se tiran la bola de un lado al otro, pero nadie hace nada».
La delincuencia también ha decidido instalarse en ese lugar donde nadie tiene control y accionan tranquilamente. Eso lo saben los vecinos, se lo dicen a las autoridades y todo sigue igual: «el otro día, por ejemplo, en la reunión que hubo de vecinos, comentaron que en el fondo del barrio San Eduardo, está uno de estos individuos que mataron a Natalia Mellman. Hay un montón de gente con pulsera electrónica que anda por el barrio. Eso nadie lo controla. Las denuncias no sirven de nada porque realmente ya no hay manera, le han informado absolutamente todo y esta gente sigue estando. Otro problema son los asentamientos, que también traen un montón de droga a la zona».