El Director de Posada del Inti se refirió en la 99.9 a la falta de acompañamiento del estado para tratar a las personas con serias adicciones y aquellos que están en situación de calle.
Hoy el consumo de drogas, las adicciones en general y la cantidad de personas en situación de calle van creciendo constantemente. Como contra partida, el estado está ausente en todos los sentidos posibles y generan un contexto ideal para que siga la tendencia en alta.
El Director de Posada del Inti, Fabián Messina habló en la 99.9 sobre los factores que confluyen para esta realidad: “no se puede centralizar en un tema, esto es multicausal. En este momento hay gente que arranca la mañana tomando lo que llaman la “cachuña”, que es alcohol fino con jugo de naranja, cortado con agua en algunas veces, y otras veces directamente puro. Te da una pauta de la exposición desde la salud clínica. Todas las enfermedades asociadas a la cuestión gástrica, de las vías respiratorias, por la pipa, por todo lo que de alguna manera produce, cuando llegan a la institución las tenemos que atender con un esquema de trabajo de un médico clínico que hace un seguimiento y en red con los distintos efectores, llamémosle el CEMA, el HIGA y demás. Todo lo que viene pasando en los últimos años no es gratis. Hay que hacerse cargo. Evidentemente el resultado se está apagando; lo que se está viendo es tremendo”.
Paralelamente aquellas instituciones que están en condiciones de brindar asistencias son desfinanciadas por el estado, entonces no hay red de contención alguna para recuperar a esas personas: “nosotros estamos casi sin atender a este tipo de pacientes. Acabamos de cerrar una sede, quedamos con dos sedes y con riesgo de cerrar porque nuestra situación económica es muy frágil. Por un lado el sistema público se deteriora, y el tercer sector que siempre es la respuesta, también. Es como la tormenta perfecta. Más que acusar a los distintos sectores se tienen que poner de acuerdo para empezar a generar políticas que de alguna manera abracen todos estos temas: la educación, la salud, la pobreza y la gente sin hogar”.
Siguen trabajando porque confían en que es la salida efectiva si todo funcionara de la manera que debiera. “Nosotros somos de alguna manera portadores de una esperanza, pero no ese optimismo bobo del libro de autoayuda. Creemos que es posible a partir de un trabajo coordinado, profesional, interdisciplinario, donde haya una articulación entre el estado, el tercer sector, las distintas entidades, iglesias, clubes. Hay una desfragmentación que existe en todos los temas, lo ves cotidianamente. Nos estamos identificando con un montón de cosas que por ahí hace años no nos identificábamos con otros lugares de Latinoamérica. Hay que hacer un cambio rotundo de 180 grados en las políticas públicas”.
Para Messina, la primera decisión tiene que partir desde arriba y eso hoy no sucede ni parece que fuera suceder: “todo nace a partir de una decisión política de financiar los distintos estamentos. Es una articulación privada, del tercer sector o del estado, pero tiene que haber una decisión política a resolver esto a nivel municipal, provincial y nacional. Acá que nadie se saque el sayo, porque me parece que se tienen que hacer cargo. Es el gran desafío”.
Mientras no se toman medidas efectivas, la realidad en los barrios golpea cada vez más fuerte y en ese sentido agregó que “el otro día estuve en una red de trabajo en los barrios y me decían que hay niños de ocho años empezando a consumir pipa, la pipa fumada, la cocaína fumada, entran directamente al consumo con esto. Entonces decís ¿qué esperamos de esta piba si a los ocho años está pasando esto? Hay cuestiones que hay que prevenir, anteponerse, está complejo todo. Nosotros nos sentimos impotentes por el no acompañamiento del estado en general”.