Fabiana Ramírez: “Estar en el HIGA es traumático”

Así lo definió Fabiana Ramírez que estuvo internada cuatro meses después de que la atropellara un joven alcoholizado con su auto. En la 99.9 habló sobre el trato que le dieron, las infecciones que se generaron por no limpiar las heridas e incluso una mala praxis en el brazo: “hasta que uno no lo vive, no puede creer lo mal que está”.

HIGA

El Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), está en crisis. A veces, los propios profesionales ponen su voz de alerta en los medios, pero en otras ocasiones, son los propios vecinos que tienen que ingresar al lugar y permanecer allí los que viven en carne propia el abandono existente en el lugar.
Eso le sucedió a Fabiana Ramírez desde mediados del año pasado y lo contó en la 99.9: “me atropellaron el 18 de julio del año pasado. Estaba en la vereda de mi trabajo y Matías Révoli, alcoholizado, se subió a la vereda y me atropelló”. Luego abundó: “en la pierna izquierda tengo fractura de fémur, tibia y peroné; en la pierna derecha tengo la rodilla y el tobillo roto, además del brazo derecho”. Cuando llegó al Hospital empezó la otra peripecia: “estuve una semana en coma inducido, 15 días en terapia intensiva en el HIGA porque estaba trabajando en negro y fui a parar ahí. Después me pasaron a terapia intermedia donde me colocaron tutores, unos fierritos que van en la pierna izquierda para estabilizar el hueso. Luego de dos meses me retiran los tutores y me dejaron una semana diciendome que me iban a poner clavos. Por la falta de responsabilidad de los mismos médicos y enfermeros que se tiraban la pelota entre ellos, no me limpiaron y me agarró una infección por osteomielitis. Después me dijeron que la prótesis no llegó porque una asistente social había cometido un error”.
Mientras tanto, el tiempo seguía pasando y Fabiana padecía los dolores del accidente y el dolor por no ser atendida por los profesionales de forma paralela. “A raíz de la infección me volvieron a colocar tutores en la misma pierna, pero en otro sector. Estuve 4 meses con esos tutores todo el tiempo en terapia intermedia. Pasé un montón de cosas ahí adentro y mi mamá llevó una carta a dirección quejándose, pero no pasó nada. Después mandó una segunda carta y me mandaron a piso donde empiezo a levantar 40 grados de fiebre porque nadie me limpiaba los tutores cuando les decía que tenía una infección en la pierna porque veía que era así”, continuó con el relato.
La familia, harta de la situación que le estaban haciendo pasar cuando se podría haber resuelto todo de otra manera, siguió insistiendo y la solución fue sacársela de encima: “con una tercera carta que mandó mi mamá, me sacaron los tutores, me pusieron un yeso y me mandaron a mi casa. Había bajado muchísimo de peso. Estar en el HIGA es traumático, hasta que uno no lo vive no lo puede creer”, agregó.
En el ámbito judicial, tampoco hubo respuestas porque quien la atropelló no puede permanecer preso: “Matías Révori finalmente no va preso, no podía entender como una persona alcoholizada que te atropella, no lo puede mantener arrestado. Hay que cambiar la ley porque si alguno se le ocurre tomar de más y salir a atropellar peatones, no pasa nada”, opinó Ramírez.
El tiempo sigue pasando y Fabiana no tiene respuestas de ningún tipo, encima desde el propio HIGA siguieron complicando su panorama. “Hace 9 meses que estoy así. La última vez que fui, me operaron el brazo y me hicieron una mala praxis, no puedo mover la muñeca. Me dejaron sin kinesiólogos ni nada, a partir de los 5 meses volví a mi casa. Estoy en mi casa, postrada en una cama, sin ayuda de nadie y esperando que el hospital me de un turno para operarme las piernas con unas prótesis que según dicen ya están. Toda la ayuda que recibí fue de mis familiares y mis amigos”, finalizó.