La interventora de FADEA, Cristina Salzwedel, habló en la 99.9 sobre el escenario que se encontraron en la empresa al momento de hacer una auditoría: “había 10 cajas chicas de 10.000 pesos cada una para los directores, además de tarjetas de crédito ilimitadas”, señaló. 
La vieja Fábrica Militar de Aviones, hoy conocida como FADEA cuenta con una intervención en desarrollo que ha descubierto importantes desmanejos económicos que han llevado a un déficit muy grande. La responsable de llevar adelante la intervención es Cristina Salzwedel que habló en la 99.9 sobre el panorama que se encontraron: “FADEA no es ajena a la tierra arrasada con la que nos encontramos los argentinos después del paso del kirchnerismo. Le encargamos a una firma de prestigio internacional una auditoría de corte. Hay 1.400 millones de déficit en la fábrica. El número de por sí a uno lo paraliza”.
Si bien se llega a esta resolución de intervenir porque sabían que había irregularidades, jamás se esperaban encontrar un panorama tan desolador: “sabíamos que la fábrica estaba en malas condiciones porque no teníamos ni plata para pagar los sueldos y las cargas sociales. Fueron 60 días muy duros y ahora, con los informes previos que tenemos, nos damos cuenta que con el déficit que tenemos se torna difícil continuar”. Estos datos serán profundizados el lunes cuando se conozca el informe final.
En cuanto a los famosos aviones Pampa que durante tanto tiempo se advirtió que sería una idea revolucionaria para la aviación nacional, aclaró que “solamente se construyó un prototipo. Con eso nos hicieron creer que podíamos vender un avión por mes. Fue un engaño más porque eso se paralizó. Estaban los materiales que hacían falta para construir el primer avión de serie pero retenidos en la Aduana. Pudimos destrabar esos repuestos y se está trabajando para tener el primer avión de serie volando”.
El trabajo que deben realizar para ello, requiere del saneamiento económico porque las deudas son muy importantes: “los proveedores son de varios lugares del mundo como Estados Unidos, Israel, Francia y otros países. Todo de acuerdo al diseño del avión. Hay que pagar la deuda con los proveedores que es importante, y continuar la fabricación”.
El déficit se generó a partir de la impunidad que manejaban los directivos de FADEA para llevar adelante una tarea que en definitiva no hizo prosperar ninguna idea constructiva para el país: “había 10 cajas chicas de 10.000 pesos cada una para los directores, además de tarjetas de crédito ilimitadas”, agregó Salzwedel.
Una de las principales ideas para avanzar en el desarrollo de la empresa es conseguir clientes, un esfuerzo que no hicieron en la gestión anterior: “el único cliente que tiene la fábrica es el Ministerio de Defensa, no se preocuparon por vender la producción ni el mantenimiento de aeronaves. Hay aviones aplicadores en un hangar listos para ser vendidos pero no lo hicieron porque el kirchnerismo estaba peleado con el campo. Hay muchos actos de desidia y negligencia que son indignantes porque con un trámite administrativo se podrían haber solucionado”, dijo la interventora.
Algunos gastos también deben bajarse porque a la baja productividad de la empresa, se suman cifras siderales en gastos poco útiles: “durante el año 2015 se pagaron 33 millones de pesos con el pago de horas extras y no hicieron volar absolutamente nada. Se viene usando como una caja negra de la política y el kirchnerismo ni así logró hacer pie en Córdoba”.
Lo más lamentable de esta situación es que la Fábrica Militar de Aviones sirvió de ejemplo para que, por ejemplo Brasil construya EMBRAER y hoy sea una empresa en crecimiento constante: “EMBRAER se construyó a imagen y semejanza de FADEA y hoy nosotros estamos acá con tierra arrasada”, comparó.