La justicia de Japón falló a favor de Argentina en un caso donde varios bancos se presentaron como representantes de “holdouts”, o tenedores de deuda en default. Ahora, el Gobierno Nacional podría utilizar la sentencia para defenderse en Nueva York.
Argentina recibió una buena noticia esta semana: logró una sentencia favorable en el único juicio pendiente en Japón, iniciado por tenedores de deuda en default (holdouts). El fallo en primera instancia de la justicia nipona rechazó las pretensiones del grupo bancario que actuó como intermediario de los bonos Samurai, que acudieron a la Justicia en nombre de los tenedores de bonos que quedaron con títulos en default.
Los títulos no superan el 1,4% del total que, emitido bajo esa legislación, estuvo cerca de los 191.000 millones de yenes, según precisaron fuentes oficiales a Télam. La demanda asciende entonces a un total de 30 millones de dólares, en valores actuales.
Esas mismas fuentes destacaron que el fallo “tiene un impacto importante de cara al juicio que se desarrolla en los Estados Unidos contra los fondos buitre”.
El ministro de Economía, Hernán Lorenzino, recibió muy bien la noticia, mientras se encuentra con su equipo en plena elaboración de la respuesta a la presentación que efectuarán los fondos buitres en Estados Unidos, en un juicio que tendrá una audiencia clave el 27 de febrero. La respuesta de Japón debe ser remitida a la Corte de Apelaciones de Nueva York en el día de hoy, según el cronograma de audiencias fijado por el tribunal.
La sentencia será una contribución fundamental al argumento de los posibles efectos sistémicos en los mercados y la competencia de las jurisdicciones. En caso de que la justicia neoyorquina se pronuncie a favor del fallo del juez Thomas Griesa, impactaría negativamente en el mercado de bonos de Estados Unidos, que no puede garantizar las reestructuraciones de deuda de los países, algo para lo cual otras naciones sí están facultadas.
“Si Nueva York ofrece espacios para las acciones de presión de fondos buitre, perderá competitividad como jurisdicción de emisión de bonos soberanos. Japón, u otras sedes europeas que adopten criterios razonables en situaciones de estrés financiero, podrían ganar un mercado millonario”, consideraron expertos en el tema.
Por otro lado, se aseguró que los bonos Samurai correspondieron a una demanda hacia Argentina iniciada en 2009 por el Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ, el Shinsei Bank y el Mizuho Corporate Bank en la Corte del Distrito de Tokio, en carácter de comisionistas de los tenedores de títulos en default de las series 4 (1996), 5 (1999), 6 (2000) y 7 (2000).
Los argumentos que presentó la defensa argentina fueron la inmunidad soberana y la aplicabilidad de la normativa local sobre el diferimiento de pagos, aunque también cuestionó la legitimidad de los bancos como comisionistas.