Cristian Andreoli, presidente de Mar del Plata A+U, ente proteccionista del patrimonio local, habló con la 99.9 sobre la casa que quiere demoler el Sindicato de Camioneros. “Lo que está faltando es voluntad política para llevar adelante determinadas acciones”, señaló.
El pedido del oficialismo para expropiar una casa adquirida por el Sindicato de Camioneros generó un pleito entre la oposición y Acción Marplatense por la intención de imponer un tema que, en su momento, ni siquiera estaba en el orden del día.
De inmediato, las agrupaciones proteccionistas del patrimonio local se pusieron en alerta. Tal es el caso de Mar del Plata A+U, cuyo presidente, Cristian Andreoli, habló esta mañana en la 99.9. Refiriéndose a la propiedad en cuestión, señaló: “es un exponente del estilo Mar del Plata, una reducción de escala de las grandes villas pintoresquistas. Fue una experiencia que se fue plasmando en la ciudad con la piedra local hasta que después se prohibió, es un símbolo de lo que se estilaba en vivienda por esa época. Es algo que caracterizó siempre a la ciudad. Esta casa es un exponente importante de esa identidad arquitectónica”.
La lucha para defender el patrimonio arquitectónico local es sumamente difícil. Una vez que los conflictos toman cierta intensidad, los actores principales concurren a la justicia y ahí aparece la falta de legislación provincial y nacional, que termina avalando la demolición. “Debería haber un sistema jurídico mucho más ajustado, pero lo que está faltando es voluntad política para llevar adelante determinadas acciones. Si quiere preservar, el Municipio tiene herramientas para hacerlo a través del ordenamiento territorial e impositivo, alentando y desalentando con diferentes medidas”, advirtió Andreoli.
Además, aprovechó para pedirle al Intendente que defina un plan de acción respecto de estas problemáticas, para evitar conflictos: “ninguna de estas líneas de acción son implementadas por el Municipio, entonces nos enfrenta a este tipo de situaciones. No es que no tengamos acciones para hacer y que lo único que quede sea ir a la justicia. Si después de todas las herramientas que existen, el particular quiere demoler, queda un camino más que es el interés colectivo por satisfacer; para después expropiarlo, que tampoco es algo tan descabellado porque no implica una carga inútil al Municipio, sabemos que alquila una gran cantidad de propiedades”.
La inacción municipal es llamativa. A pesar de que se han ofrecido diferentes alternativas, incluso un proyecto para ser tratado en el Concejo Deliberante, no existen respuestas positivas: “si cae una restricción mayor para el propietario, éste puede ser compensado. Hay herramientas para trabajar, como la transferencia de edificadores, pero no hay un mínimo de voluntad ni una línea para que los problemas dejen de suscitarse. Tenemos un proyecto desde hace 5 años para esta tipología de vivienda, que es importante para la identidad de la ciudad. No hemos logrado que se trate”.