La abogada habló en la 99.9 sobre el juicio que comenzó ayer y, según anticipó, tendrá sentencia el próximo 22 de diciembre: “esto abre un portal doble a futuro”.
Ayer se inició el juicio político contra la jueza Ana Clara Pérez Ballester, la jueza de menores que le devolvió la tenencia a la madre de Lucio Dupuy antes de que terminara en el trágico desenlace.
La abogada Fátima Silva habló en la 99.9 sobre la importancia de este corto enjuiciamiento que se llevará adelante y sus particulares características: “el juicio es contra la jueza y la asesora de menores; es la primera vez que se da contra la dos personas que deberían haber mirado por Lucio en ese expediente. Será sumamente corto y me gustaría decir el motivo del jury”. Luego agregó: “la acusación dice que ambas omitieron obligaciones esenciales en todo el procedimiento en que estuvo en juego el interés de Lucio. Hay que imaginarse la cantidad de expedientes de familia en cada juzgado que puedan entender que su expediente se pueden haber omitido obligaciones esenciales. Esto abre un portal doble”.
Hubo muchas instancias donde el estado podría haber actuado y se tomó la decisión de no hacerlo, por eso es que se llega a un enjuiciamiento: “Lucio pasó por el expediente sin que nadie lo escuchara. No lo escuchó la jueza, la asesora, no se hicieron estudios ambientales, no se hicieron pericias psicológicas de quienes pedían la justicia. La asesora firmó que no tenía nada que decir respecto de lo que estaba sucediendo pero no hizo nada para saber si tenía algo que decir o no”.
En muchos casos, se empieza a delinear lo que pasa sólo por una perspectiva de género que se ha aplicado a tontas y locas desde hace un tiempo a esta parte. En varios casos, Silva advierte que cuando hay niños en el medio, la situación es distinta: “por querer aplicar rápidamente una ideología de género no se estudia caso por caso. Esa ideología por ahí se puede aplicar entre adultos, pero no cuando hay un niño en el medio”.
También dejó en claro que tanto la madre de Lucio como su pareja, no estaban interesados en el bienestar del niño sino que tenían un interés específico en pedir su custodia: “ellas pidieron a Lucio porque querían los planes sociales, no era por cariño porque lo maltrataron desde el primer día que lo tuvieron. De eso tampoco se habla, hay que revisar cada caso porque estas cosas suceden, usan a los niños como recurso económico”.
También planteó una rediscusión sobre como se comporta un niño ante estas presiones porque hay lugares comunes que indican que los niños no saben mentir, pero cuando es para preservar su vida ante situaciones de violencia, son inducidos a mentir por los adultos: “las veces que ese niño entró a un hospital…todos le creyeron a la madre que decía que se había caído de un árbol, el nene cuando iba a la guardia repetía lo que le decía la madre porque no había nadie que lo proteja. Tenía que repetir lo que le decían por un instinto de supervivencia, vaya a saberse lo que le pasaba sino cuando volvía a su casa. Después dicen que los niños no mienten, pero para resguardarse los niños mienten”.
Ahora esperan el desfile de testigos y el veredicto que para Fátima Silva tendrá cuestiones para leer con detenimiento: “va a ser un juicio corto y el 22 de diciembre habrá sentencia. Hay que leerla despacito y se podrán tomar cosas de alli para aplicar a otros casos que suceden en el país”.