Femicidio en Tucumán: el juez que benefició al asesino de la profesora de inglés Paola Tacacho presentó su renuncia

Lo confirmaron los abogados que presentaron dos pedidos de jury contra el magistrado Francisco Pisa, quien sobreseyó en 2017 a Mauricio Parada Parejas. La Corte Suprema de Justicia provincial había anunciado que haría una auditoría sobre su juzgado.

El juez tucumano Francisco Pisa –que intervino en una de las denuncias que realizó la docente Paola Tacacho en el transcurso de cinco años contra quien fue su acosador durante ese tiempo y este viernes la asesinó a apuñaladas– presentó su renuncia este miércoles por la mañana, luego de que se presentaran dos pedidos de juicio político contra él. Sus denunciantes aseguran que se trata de una “estrategia política” para evitar ser juzgado y reclaman que sea apartado de su cargo.

La información fue confirmada por los abogados Carlos Garmendia, abogado de la fundación María de los Ángeles, y Soledad Deza, abogada de la fundación “Mujeres X Mujeres”. Este martes, la Legislatura de Tucumán recibió dos pedidos de juicio político de un legislador provincial y una organización feminista para que se investigue el accionar del juez Pisa, quien, según apuntaron sus denunciantes, no adoptó las medidas para proteger a la víctima. En simultáneo, la Corte Suprema de Justicia provincial había ordenado ayer una auditoría urgente para analizar el accionar del magistrado, que en 2017 sobreseyó al asesino y archivó la causa en su contra.

“Me gustaría aclarar que la renuncia es condicionada al otorgamiento de la jubilación, con lo cual, en lo personal, espero que sea apartado de su cargo hasta tanto se le conceda el beneficio jubilatorio porque, si no, esa renuncia le permite continuar trabajando y administrando la misma injusticia que viene administrando hasta ahora, lo cual sería casi una burla”, señaló Deza en diálogo con el canal TN.

“El problema es que la renuncia condicionada al otorgamiento de la jubilación tiene un plazo. En ese plazo él puede continuar al frente del juzgado y precisamente lo que esperamos es que, si bien la jubilación le puede habilitar una salida que le permite esquivar el juicio político, que no lo habilite para continuar ejerciendo el cargo. El Estado tiene potestad por ejemplo para suspender preventivamente, entonces, queremos que se lo aparte de las funciones y que se evite que continúe haciendo daño”, explicó la letrada.

Y agregó: “Lo que es peor, es que acogerse a los beneficios de la jubilación a través de una denuncia condicionada suspende los términos del juicio político. Es una estrategia política que pone toda la burocracia estatal al servicio de quien es denunciado y nos aleja de la búsqueda de justicia”.

“Quizás estamos a tiempo de evitar otro femicidio por la desidia de este juez, que es una vergüenza para los tucumanos”, sostuvo el legislador José María Canelada (UCR), que presentó uno de los pedidos de jury contra Pisa quien, según él, “debió dictar sentencia de manera rápida, con perspectiva de género, contemplando que había una mujer que venía denunciando acoso y amenazas desde hacía años”. “Sin embargo, Pisa se tomó nueve meses para resolver un tema urgente y archivó la causa, sobreseyendo al acosador”, agregó.

El segundo pedido de juicio político fue presentado hoy por la organización defensora de los derechos de las mujeres Mumalá. “Este juez no escuchó a Paola cuando el femicida violó una perimetral de manera constante, y eso ya es un delito”, señalaron voceras de la organización, que sostuvieron que “no se tuvieron en cuenta las leyes de protección que nos amparan porque, cuando una mujer realiza una denuncia, hay que actuar de manera inmediata”.

Al mismo tiempo, la presidenta de la Corte Suprema tucumana, Claudia Sbdar, había ordenado una auditoría “urgente” para analizar las denuncias de la joven profesora salteña que dictó clases a su asesino en la carrera de traductorado de inglés en el Colegio Mark Twain de la capital provincial durante los primeros meses de 2015. “La verdad, no me acuerdo mucho si pasó algo específico de por qué dejó. Pero se enojó mucho cuando Paola le puso una ‘mala nota’. Y por mala nota me refiero a un 8,50. Me acuerdo de eso porque estábamos sorprendidas de la reacción por esa nota”, contó a Infobae Áilean Fratkin, una ex alumna de Paola y ex compañera de Parada.

La docente había realizado al menos 13 denuncias en el fuero penal, una en el fuero civil por daños y perjuicios y obtuvo una denegación de atención de su caso en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de Justicia, según informaron fuentes de la investigación a la agencia Télam.

Seis de esas presentaciones fueron archivadas, siete quedaron sin resolución y una habría llegado a pedido de elevación a juicio, pero el juez Pisa decidió sobreseer al acusado y archivar la causa.

“La Justicia de Tucumán nunca hizo nada con todas las denuncias que ella realizó y las denuncias que realizamos con nuestra madre y mis primas, a las cuales también acosaba vía redes”, sostuvo Ana, una hermana de Paola, en una carta difundida este domingo. En el escrito la mujer sostuvo que Parada Parejas “tenía vínculos con la política” local, que por eso “nunca lo encerraron” y que el femicida “nunca respetó las perimetrales” dispuestas a favor de Paola. Este lunes, familiares y amigos de la docente realizaron una movilización frente a la Casa de Gobierno provincial en reclamo de justicia. Belén, una prima de la víctima, declaró que a Paola “el Estado la desprotegió y desamparó”.

En un audio difundido ayer por la periodista tucumana Mariana Romero, se escucha cómo ella misma se refería al acoso de quien finalmente fue su asesino. En ese mensaje, Paola se queja también de que su acosador tenía acceso irrestricto a sus datos personales a través de la Justicia. “Todas las veces que hice denuncias me pedían datos y a veces recibía llamadas de números de acá, obviamente privados, atendía y se quedaban mudos”, se escucha en el audio. “Cuando ellos van y le muestran la denuncia, porque él va con el abogado, él se pone a observar todas esas cosas, ¿me entendés? Y no dudo de que haya visto teléfonos o el mail, porque son datos que me pedían cuando estaba tramitando todo por ahí en su momento”, se lamentaba.

“Me quiero sentir por fuera de esto, sé que no me tiene que molestar, sé que son mensajes vacíos que no tienen sentido”, decía en esa oportunidad también la joven de 32 años asesinada. “Sé que físicamente el chabón no me va a hacer nada, pero no puedo evitar ponerme loca cuando me llegan, me arruinan el día”.