El fiscal del fuero de menores habló en la 99.9 sobre lo poco que puede hacer la justicia con menores que reinciden porque la ley no les permite ninguna salida.
En los últimos días se dio a conocer en Mar del Plata el caso de un delincuente de 15 años que fue detenido y ya contaba con otras 34 oportunidades donde lo habían aprehendido, pero la justicia no tiene respuesta para dar al respecto.
En ese sentido, el fiscal del fuero penal juvenil Dr. Walter Martínez Soto fue crítico en la 99.9 sobre la manera que tienen hoy de abordar situaciones de este tipo, que se repiten constantemente: “generalmente uno ve una parte y pareciera que ese es el mensaje, que no hay ningún tipo de respuesta por parte de la justicia penal y en particular del fuero penal juvenil. Lo cierto es que existe una ley que es la 22.278, con más de 50 años de vigencia y que en este punto establece que los menores de 16 años no son imputables, no son capaces de que se les aplique una pena a través de un proceso penal. La obligación que tiene el Poder Judicial y el Ministerio Público Fiscal es identificarlo, darle el derecho a que declare, hacerle saber que cometió un delito, pero más de eso no se puede hacer desde el punto de vista penal. Muchas veces hemos pedido, y en este caso lo hemos hecho, una medida de seguridad. Existen los órganos encargados de velar por la promoción y protección de derechos de estos jóvenes, hay un servicio local y un servicio zonal que se encargan de darle ese acompañamiento, re-escolarizarlo, ayudar a la familia, hacer un plan de abordaje desde un punto de vista que nosotros denominamos social. Es el estado previendo, armando toda una estructura de acompañamiento para evitar que cometa delitos, porque la respuesta en este punto no va a ser penal”.
Para el fiscal, se trata de una ausencia del estado en ese punto de la cadena que genera que constantemente, los menores entren y salgan sin que se pueda hacer nada: “el Estado está ausente y para lo único que está presente es para sancionar. Eso es lo que me parece que nos debemos como discusión. Nosotros vemos la última parte, cuando comete el delito. Uno camina Mar del Plata y está complicada la situación. No creo que las cámaras de seguridad sean la solución para prevenir el delito. Se maneja de otra manera, no les importa que los estén filmando. Al delincuente, el que está decidido a robar, no le interesa que lo estén filmando, porque aparte después se ufana, hay páginas de Instagram donde se ufana de las cosas que están haciendo y eso pasa a la vista de las autoridades encargadas de la seguridad en Mar del Plata”.
La violencia en la comisión de delitos se ha modificado y, aún así, cuando lo comete un menor no se puede hacer nada. Los que viven del delito se aprovechan de estas circunstancias generando un círculo vicioso: “las normas que nosotros tenemos establecidas a través de la constitución, lamentablemente son muy débiles y aquellos que se encargan de la prevención no están presentes, son más débiles aún. Entonces gana la norma del hampa, gana del delincuente, gana la ley de la selva, el que es más vivo en el barrio y tiene ascendencia sobre el resto. Si seguimos así, la resolución que yo vaya a dictar o la que dictan los jueces sentenciando, no les importa”.
Mientras el delito crece exponencialmente, Martínez Soto ya adelantó que será una temporada difícil en ese aspecto: “nosotros para el delincuente somos unos giles. El que trabaja y el que estudia, es un gil. Acá hay que cambiar drásticamente la forma de aplicar la ley, cómo estamos previniendo, cómo hacemos nuestra condición de seguridad. No quiero ni pensar que va a pasar en Mar del Plata en enero y en flagrancia. Todavía la mayoría viene de afuera, vienen a Mar del Plaza a robar, no vienen a trabajar, viene a robar”.