El diputado provincial habló en la 99.9 sobre la aparición de carteles apoyando a Cristina Fernández en las oficinas de IOMA en Mar del Plata.
En medio de un día donde el peronismo reclamó por la liberación de Cristina Fernández sin hacer caso a un fallo judicial, aparecieron símbolos bastante paradójicos e irónicos como el caso de carteles que se pusieron en la sede local de IOMA y que fueron criticados por el diputado provincial Fernando Rovello.
En diálogo con la 99.9, el legislador indicó que «lo que indigna es lo mismo de siempre, la utilización política de estos atorrantes con algo tan sensible como es la salud, en este caso de los afiliados y de los voluntarios de Ioma. Sinceramente yo lo veo en las redes del legislador marplatense, de Ariel Martínez Bordaico y le escribí por ahí mismo porque no lo podía creer. Ya no me asombra nada de Kicillof, el gobierno del cinismo y la desidia que tienen», refiriéndose a papeles pegados en los vidrios de IOMA diciendo «No es justicia, es proscripción».
Lo único que parece importante es hacer política y no solucionar los problemas de los bonaerenses: «no puede ser que a estos tipos sinceramente les importe un carajo, realmente no queda otra, que tengan tan poca falta de empatía, pero también muchas veces lo que estoy viendo y visualizando es que cada vez se animan más, cada vez se animan más. Ellos no gobiernan, rompen, y donde gobiernan destruyen directamente».
El dinero de IOMA está presente, ingresa todos los meses a las arcas públicas pero van hacia otro lado y es un claro desfinanciamiento para los afiliados: «el dinero de los trabajadores afiliados a IOMA va a la cuenta única del tesoro, y que estos la utilizan para ir a bancar a la Kicillof y todos los secuaces que tiene, para ir a bancar a la jefa, para viajes sin ningún sentido, para ridiculeces y boludeces».
La situación, mientras tanto, a pesar de la militancia, no cambia y no hay intención de cambiarla tampoco: «veo poca voluntad del gobernador, poca voluntad del presidente Ioma, poca voluntad, ni hablar de estos que usan las oficinas públicas de Mar del Plata como cueva y como refugio de militante, en lugar de estar dando la cara y atendiendo a los afiliados, no solo los que no tienen cobertura de medicamentos, no tienen una puta prestación ni una puta guardia».