El Director Nacional de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad habló en la 99.9 sobre la decisión de cambiar la modalidad de los Centros de Estudios en las Cárceles que ahora dependerán del Servicio Penitenciario.

Recientemente, el Ministerio de Seguridad informó el cambio de sistema de estudios dentro de las cárceles de la Argentina, algo que resisten distintas entidades ante la justicia y que tienen que ver con una manera muy extraña de manejar los planes de estudio.
El Director Nacional de Normativa y Enlace Judicial del Ministerio de Seguridad, Fernando Soto, habló en la 99.9 sobre el tema y explicó que «han presentado un amparo muy extenso con varias organizaciones que adherían, el CELS lo planteó, donde pedían además, como medida cautelar urgente que se restablezcan centros de estudiantes y que declare inconstitucional esa medida. Nosotros nos hemos presentado, el Ministerio de Seguridad, y explicamos que en realidad los cursos de los internos presos los tenían igual, la posibilidad de estudiar se daba igual, todo igual, solo que en vez de seguir como estaba hasta ahora, lo maneja el Servicio Penitenciario, antes lo manejaban los mismos presos. Ellos decidían entre ellos mismos cuáles eran los que iban a estudiar, cuántos cupos iba a haber, quiénes se quedaban en el lugar y cuánto tiempo en el centro de estudiantes, que no es donde están las cárceles, en fin, todo manejo de poder interno que antes se dejó siempre así y ahora no; se puso orden, se dijo tienen que estudiar pero están presos, por tanto están en su pabellón, en su celda, cuando tienen que estudiar van a ir con una carga horaria a estudiar, toman la clase y vuelven al pabellón en la cárcel que era lo que no querían. Y el juez dijo que sí, se rechazó el amparo y van a apelar. El preso está preso; estudia y vuelve a su cárcel, no se queda todo el día en el centro estudiantil. Esto no es una facultad que van ahí a hacer tiempo o hacer política, es una cárcel».
En la población carcelaria, siempre el peronismo consigue un alto porcentaje de votos y este sistema es una de las tantas explicaciones por lo que esto sucede: «en las últimas elecciones ganaron por cerca del 90%. Hay todo un mensaje claro, cuando votan a un sector político, al kirchnerismo, están diciendo con ustedes vamos a estar mucho mejor que con nosotros. Tienen razón, además, efectivamente, así siempre da más privilegios a los detenidos, a los delincuentes».
Además, Soto brindó su opinión sobre la muerte del niño Tiago luego de que un policía se defendiera de un asalto, donde nuevamente se pone en tela de juicio el accionar policial: «fue una fatalidad porque impactarle a dos cuadras, a 204 m de distancia, de noche, no había nadie, no se lo veía. Por supuesto, era algo totalmente impredecible. Para que eso pasara tenía que darse un montón de circunstancias que lamentablemente se dieron pero que de ningún modo él no buscó, ni tuvo intención, ni se imaginó que podía pasar. Fue asaltado por cuatro chorros con un arma. Luego el arma que descartaron, por ahí tenían otra, la que descartaron no funcionaba, pero él vio un arma. Para él el peligro era real, tenían a la madre agarrada de los pelos, decían «matala, matala». Claramente él vio en peligro su vida y la de su madre. Entonces disparó, dice el fiscal que se estaban yendo, que no había peligro, estaba conjurado en una zona densamente poblada y él debió representarse que podía haber una persona que se resultara herida. Primero, no es una zona densamente poblada, no había absolutamente nadie porque la gente sabe muy bien que salir a la calle en esa zona de noche es una zona de guerra. Estaba siendo asaltado por cuatro y disparó hacia cuatro asaltantes, por eso disparó la cantidad de disparos que tenía que disparar en proporción a los que lo estaban afanando y el peligro no había cesado. Él ejerció la legítima defensa y además cumplió con el deber, tenía que detenerlos y la muerte de este pobre chico, Tiago, fue una fatalidad que sólo puede ser atribuida a los ladrones».