El abogado, integrante de Usina de Justicia se refirió en la 99.9 a Martín Nolfi, el magistrado que había liberado al asesino del joven en Quilmes. “No es una doctrina solamente, esto mata gente”.
En las últimas horas, el crimen de Lucas Cansino conmocionó a Quilmes. La persona que terminó con su vida había sido liberado por el juez Martín Nolfi que es el mismo que quiso meter preso a un jubilado en esa misma localidad cuando mató a uno de los ladrones que ingresó a robar a su casa por tercera vez en la misma noche.
El abogado Fernando Soto, integrante de Usina de Justicia se refirió en la 99.9 a aquél hecho y las desigualdades de la justicia: “Jorge Ríos en plena pandemia fue atacado en su casa por cinco muchachos que lo asaltaron tres veces en la misma noche. En la última ocasión empezaron a pelear con él, se defendió como pudo con el revolver para el cuál tenía tenencia. Tenían un destornillador con una especie de pua, se lo querían clavar en el ojo y casi lo logran. Disparó al bulto, al aire, le dio dos disparos a uno de ellos y murió a la vuelta de la casa”.
Después de eso, Ríos fue preso: “el juez fue quien lo dejó preso, nunca vi que metieran preso a un hombre con el bastón en las manos y que estaba todo herido porque lo habían torturado. No lo mandaron al médico, a uno de los chorros si. Se le infectaron las heridas y estuvo internado. Cuando estaba ahí, recién le dieron la prisión domiciliaria”.
En aquél momento se trató de presentar evidencia para que no se lo deje detenido pero la doctrina no permite ningún tipo de discusión: “hay un tratado firmado a nivel internacional y que también firmó Argentina donde se indica que los adultos mayores no deben estar detenidos con riesgo para su salud y tienen que estar resguardados. Lo presentamos y no nos hicieron caso. Hay un desequilibrio, una perversión que lleva a decir “pobre el delincuente”. Uno de los que asaltó a este anciano fue liberado por si se contagiaba de COVID y tendría que haber salido recién en agosto de este año”.
Lo que advirtió Soto es que no se trata sólo de una manera de pensar dentro del derecho, sino que tiene impacto directo en la vida de las personas: “no es una cuestión ideológica, una doctrina penal, esto mata gente. Curiosamente mata al que labura y defienden a los chorros que matan también, meten presos a los policías y salimos desvalidos los ciudadanos. En los últimos años murieron por homicidios 49 mil personas”.