Fernando Telpuk se transformó en el nuevo Secretario de Seguridad de la comuna, un cargo que no había sido ocupado y que ahora contará con quien dirigió la Policía Local: “tenemos en la calle alrededor de 1.050 efectivos de la policía local, hemos desafectado como mucho 50 policías”, aclaró sobre su tarea.
Repentinamente, el intendente Carlos Fernando Arroyo decidió nombrar a Fernando Telpuk como Secretario de Seguridad, cargo que había ocupado durante la gestión de Gustavo Pulti. El ahora ex Jefe de la Policía Local, habló en la 99.9 y destacó que “habíamos hablado con el intendente que tenía la intención de nombrarme Secretario nuevamente. Le dije que no era necesario porque yo estaba trabajando pero ahora decidió hacerlo para darle una mejor estructura a la seguridad”.
Lo que estuvo realizando en los últimos meses, tenía que ver también con una política de seguridad que no cambiará demasiado en sus funciones. Lo que se ha articulado en la Policía, ha sido una buena tarea que incluso ha generado que se den de baja muy pocos efectivos: “tenemos en la calle alrededor de 1.050 efectivos de la policía local. De las viejas promociones fueron separados 19 a fines del año pasado y hay otros que fuimos separando por cuestiones disciplinarias, físicas o por reiteradas faltas. En total, habrán sido 50 efectivos los que desafectamos a grandes rasgos”.
Con los cambios que se han realizado desde el orden bonaerense haciendo que los efectivos policiales que se incorporen deban ser pupilos, han generado también modificaciones en la función de la escuela de la Vucetich: “fuimos la única policía local que tomó examen de ingreso. Encendimos la luz de alerta en cuanto a la formación secundaria de los candidatos que se presentaban porque no pasaban los exámenes de lecto-comprensión”, advirtió.
Por otro lado, el nuevo Secretario de Seguridad, aclaró que se debe hacer un trabajo social con los efectivos policiales porque no es un trabajo habitual y una vez que están fuera de servicio se transforman en blanco de los delincuentes para sustraerles sus armas. “El policía parece que termina su turno y dejan de ser policías, pero no son conscientes en algunos casos de que siguen llevando un arma y un chaleco antibalas. Es un trabajo cultural que requiere mucha continuidad y madurez, pero es una batalla que damos día a día”, finalizó.