El Parlamento francés aprobó hoy un proyecto de ley contra la violencia machista que incluye una multa económica a quienes hagan comentarios sexistas y un agravamiento de las penas de cárcel por agresión sexual contra menores.
El texto fue adoptado por 92 votos a favor, ninguno en contra y ocho abstenciones en su lectura definitiva en la Asamblea Nacional, dominada por el partido del presidente, Emmanuel Macron, La República en Marcha (LREM).
El proyecto de ley, impulsado por la secretaria de Estado para la Igualdad entre Hombres y Mujeres, Marlène Schiappa, responde al movimiento de denuncias de abusos sexuales #MeToo; a las recurrentes situaciones de acoso verbal callejero sucedidos en algunos barrios de París, y a mediáticos casos en Francia de relaciones sexuales entre menores y adultos. Entre las principales novedades de esta norma destaca la imposición de una multa máxima de hasta 750 euros por el delito de “injuria sexista”, que se equipara al de “acoso sexual”. De este modo, se castigarán comportamientos o comentarios con “intención o conducta sexual o sexista” que ofenda la dignidad de la mujeres y que sean “degradante o humillante o creen una situación intimidatoria hostil u ofensiva”.
Schiappa asumió que se inspiró en difundidos casos de acoso callejero, como el de la joven que fue agredida en París la semana pasada en plena calle por un hombre, al que había mandado “callar la boca” por sus comentarios y gemidos obscenos. “El acoso callejero era una fatalidad. Nosotros nos rebelamos contra esa fatalidad, contra ese acoso cotidiano”, aseveró la secretaria de Estado, quien no explicó cómo funcionará el proceso de denuncia -si será la policía in situ o las propias mujeres en la comisaría-.
Combatir el acoso sexista en las redes también consta como una de las preocupaciones de esta ley. Asimismo, el texto decreta un aumento de la prescripción de los delitos de violación de los actuales 20 a los 30 y endurece los casos de violación y agresión sexual contra menores de 15 años, establecida como la edad mínima de consentimiento sexual.
Aunque el Gobierno francés quería ir más lejos y considerar toda penetración contra un menor de 15 años una violación (penada con hasta 20 años de cárcel) y no una agresión sexual (5 años), los reparos del Consejo de Estado sobre la presunción de inocencia llevó al Ejecutivo a una reformulación. La violación se producirá entonces cuando se demuestre un “no consentimiento” caracterizados por una “coacción moral” y por el efecto “sorpresa” resultantes de una situación de superioridad ante “una víctima que no tiene el discernimiento necesario para consentir esos actos”. En todo caso, la norma endurece los delitos de agresión sexual de los actuales cinco años de cárcel hasta los siete.
En el debate parlamentario antes de la aprobación final, Schiappa aseguró que esta ley tiene “los avances” con los que se comprometió el presidente Macron y abogó por profundizar “el combate cultural” contra el machismo y el sexismo. Una de las intervenciones más críticas con la ley fue de la diputada del movimiento izquierdista La Francia Insumisa, Clémentine Autain, quien puso la ley española contra la violencia de género de 2004 como ejemplo. “Hacen falta medios para esa ley y claramente no los hay (…) Por ejemplo, España tiene una ley marco que no tenemos”, lamentó Autain, quien recordó que ella conoce de primera mano la violencia sexista por la violación que sufrió en 2006.