El gobierno de Emmanuel Macron busca que la ley se apruebe este año.
Francia se prepara para combatir el acoso sexual, una realidad difícil que deben enfrentar las mujeres todos los días. El gobierno de Emmanuel Macron presentó el miércoles pasado una ley para penalizar a quienes cometan este delito con una multa de por lo menos 90 euros.
Según publicó el diario El País, el objetivo es que la ley empiece a ser discutido en marzo y se apruebe antes del verano boreal.
“Combatir el acoso en la calle es importante, porque es el comienzo de un contínuum de violencias sexistas”, afirmó Marlène Schiappa, titular de la Secretaría de Estado para la Igualdad Mujeres-Hombres y quien está al frente del proyecto de ley. “Frenar a la persona que es violenta en el espacio público es una manera de luchar contra todo acto de violencia sexual”, insistió al presentar una veintena de “recomendaciones” que preparó el grupo de trabajo interparlamentario-cuatro mujeres y un hombre de diferentes formaciones políticas- para penalizar el acoso sexual en la calle.
Uno de los primeros retos de los legisladores fue definir los límites de lo que consiste acoso sexual. Difícil, pero no imposible. “De la misma manera que hemos sabido definir el acoso moral en el trabajo en la ley, podemos definir el ultraje sexista”, declaró Schiappa los últimos días.
En el informe, se propone un nuevo concepto legal, el “ultraje sexista y sexual”, como base para la sanción de “toda proposición, comportamiento o presión de carácter sexista o sexual que atente contra la dignidad de la persona por su carácter degradante o humillante”, o que cree una “situación intimidatoria, hostil u ofensiva”.
La multa por esta infracción será de 90 euros si es pagada de inmediato -la idea es que la policía de proximidad que quiere desplegar Macron sea la responsable de vigilar estas actuaciones- y de 200 euros si el pago se dilata 15 días, hasta un máximo de 750 euros pasados los dos meses.
El informe también propone el desarrollo gubernamental de una aplicación de teléfono que permita registrar comportamientos de acoso sexual, así como campañas de sensibilización desde las escuelas y, también, a nivel institucional, como en los ayuntamientos. Señala el hecho de que solo el 6% de las calles en Francia tengan el nombre de una mujer.
Aunque las recomendaciones todavía deberán ser debatidas a nivel ministerial y, una vez registradas como propuesta de ley, en la Asamblea Nacional, la responsable de Justicia, Nicole Belloubet, celebró la iniciativa como “un nuevo nivel de lucha contra el sexismo y hacia la sensibilización de la igualdad” de género que constituye una “evolución muy positiva del derecho”.
“La seguridad es la primera de las libertades y, para una mujer, poder viajar tranquila en transporte público y sentirse segura en las calles es la primera de sus libertades”, acotó Gérard Collomb, ministro del Interior. Además destacó que el año pasado, mientras que la delincuencia se mantuvo estable, “las violencias contra las mujeres, aumentaron de manera exponencial”, hasta convertirse “hoy en día, en uno de los principales problemas de nuestra sociedad”.
Según datos recogidos en el informe, cada año en Francia hay una media de 700.000 víctimas de “gestos inapropiados”, como besos forzados o frotamientos, de los cuales 220.000 se producen en espacios públicos.