El psiquiatra analizó en la 99.9 casos extremos de violencia asociados al consumo de sustancias, alertó sobre el impacto del cannabis en hombres jóvenes y sostuvo que el actual marco legal deja desprotegidas a las familias y a los propios pacientes.

El médico psiquiatra Dr. Francisco Bordón volvió a alertar sobre el impacto del consumo de drogas como disparador de brotes psicóticos graves, con consecuencias que pueden derivar en episodios de violencia extrema. En diálogo con la 99.9, y a partir del crimen ocurrido en Estados Unidos donde un hijo asesinó a sus padres, sostuvo que se trata de una problemática global que también se repite en la Argentina, muchas veces sin que el Estado pueda intervenir a tiempo.
“El sujeto adicto está preso de una sustancia, es un esclavo de la sustancia”, afirmó Bordón, al cuestionar el actual marco legal. Según explicó, la Ley de Salud Mental, aunque bien intencionada, resulta “absolutamente inadecuada” para ayudar no sólo a la persona con consumo problemático, sino también a la red familiar que queda expuesta y sin contención.
El especialista relató un caso ocurrido en el Departamento Judicial Mar del Plata, donde un joven, tras consumir cannabis antes de dormir, comenzó a sufrir alucinaciones auditivas y delirios persecutorios. “Empezó a creer que los perros eran demonios y terminó ahorcandolo”, señaló. A partir de ese brote psicótico inducido por cannabis, el episodio escaló a una situación de extrema violencia, con uso de armas y una posterior imputación por intento de femicidio. “Todo empieza con un chico que fumaba cannabis cada tanto y no lo percibía como un peligro eventual”, remarcó.
Bordón sostuvo que “está ampliamente demostrado que en hombres jóvenes el cannabis induce con mayor frecuencia episodios psicóticos”, y aclaró que si bien no todos esos cuadros derivan en violencia, la combinación de psicosis, sensación persecutoria, consumo de sustancias y acceso a armas configura un escenario de altísimo riesgo. “Psicosis, armas y miedo a morir son circunstancias muy graves que pueden llevar a situaciones mortales”, advirtió.
En ese marco, recordó también episodios internacionales asociados al consumo de drogas sintéticas como la mefedrona o el MDMA, conocidos como “sales de baño”. “El famoso caso del caníbal de Miami mostró hasta dónde puede llegar un episodio psicótico inducido por sustancias; era un hombre que no había forma de detener”, ejemplificó.
Para el psiquiatra, estas situaciones suelen ser minimizadas socialmente y quedan “por debajo del radar”, especialmente entre consumidores jóvenes. “Hay un cierto desdén por parte del público general hacia estos riesgos, tanto en hombres como en mujeres”, indicó, al tiempo que valoró el rol de los medios en mantener la advertencia constante.
Bordón describió además el desgaste extremo que atraviesan las familias. “Las familias peregrinan, es literalmente un viacrucis”, explicó, y contrastó los cuadros agudos tradicionales con los pacientes atravesados por años de consumo. “Cuando uno tiene un primer episodio psicótico, la familia está en la puerta de la clínica a las siete de la mañana. En estos casos, llamás a la familia y aparece dos semanas después, agotada, destruida, con la red completamente rota”, graficó.
Según señaló, la ley actual impide intervenir de manera eficaz cuando el paciente “no está totalmente loco, pero está totalmente poseído por la sustancia”. “Entonces hay que esperar que suceda alguna desgracia y recién ahí todos nos rasgamos las vestiduras”, cuestionó. Para Bordón, es imprescindible repensar el sistema de internaciones y de abordaje integral para proteger tanto al paciente como a su entorno antes de que ocurra una tragedia.