El centro de la capital irlandesa permaneció abierto con normalidad, dijo la policía. No se registraron incidentes un día después de los disturbios.
La policía de Irlanda se desplegó con fuerza en Dublín para evitar una repetición de los disturbios atribuidos a agitadores de extrema derecha que estallaron en la víspera tras un apuñalamiento múltiple en una escuela.
Los agentes realizaron algunos arrestos al caer la noche, cuando grupos de jóvenes se congregaban en la popular calle O’Connell, escenario el jueves de violencia, saqueos y quema de vehículos.
Pero la situación el viernes era en general estable: “El centro de Dublín está abierto para la actividad normal”, dijo en la red social X la policía, conocida como Garda Siochana.
“Tenemos desplegado un plan policial reforzado esta noche”, agregó el cuerpo de seguridad, que disponía de cañones de agua llegados de Irlanda del Norte por si la situación se deterioraba.
La tranquilidad contrastaba con la situación 24 horas antes, cuando estallaron escenas de violencia no vistas en décadas en el país que “avergonzaron a Irlanda”, según su primer ministro, Leo Varadkar.
Rumores xenófobos desataron disturbios
Los incidentes comenzaron después de que un hombre armado con un cuchillo atacara a varias personas a primera hora de la tarde, hiriendo a cinco, entre ellas una profesora y tres niños de corta edad. Una niña de cinco años se encuentra hospitalizada en estado crítico. Los otros dos menores y la profesora, así como el agresor, también fueron ingresados con heridas menos graves.
La policía atribuyó los incidentes a una “facción de ultras locos movidos por una ideología de extrema derecha” que habrían seguido rumores conforme el agresor era inmigrante.
Cientos de alborotadores incendiaron autobuses, tranvías y vehículos policiales y saquearon comercios en un barrio de gran composición migrante de la ciudad. La policía realizó decenas de arrestos.