Graciela Salvo increpó a integrantes de la comunidad mapuche durante el velatorio del joven que mató la Prefectura el sábado. Las tierras de Villa Mascardi siguen ocupadas por la comunidad.
En una casilla pequeña, de paredes de madera, ventanas diminutas y platea de cemento velaron a Rafael Nahuel. La despedida del joven que mataron efectivos del grupo Albatros de la Prefectura Naval en la zona de Villa Mascardi, se hizo el límite de los barrios El Maitén y Nahuel Hue, la zona más populosa de Bariloche. No hubo ninguna ceremonia mapuche. Los padres no estuvieron de acuerdo. Es más, en último adiós Graciela Salvo, madre de Rafael, lanzó fuertes cuestionamientos hacia la comunidad mapuche, que ocupó un predio en Villa Mascardi. “Ustedes me lo trajeron en un cajón”, exclamó la madre antes del sepelio.
“Pido justicia”, clamaba la mujer, conmocionada, rodeada de otras mujeres que la abrazaban. “Ustedes me lo llevaron allá y me lo trajeron muerto”, exclamaba Salvo junto a su marido Alejandro Nahuel. Nadie se animaba a contestar los reproches.
Mientras, en el interior de la casilla un grupo de familiares, con sus vestimentas mapuches tradicionales, lloraban alrededor del ataúd. Los cortocircuitos habían empezado en la víspera, revelaron fuentes que conocen de cerca la familia. Los padres de “Rafita”, como le decían en el barrio, habían rechazado la idea de que el velatorio se extendiera durante cuatro días como pretendía la comunidad mapuche.
El velatorio comenzó el domingo a última hora, después de que la Justicia Federal entregara el cuerpo a los familiares tras la autopsia.
Los padres quisieron que los restos de Rafael fueran velados en su casilla, ubicada en la calle Paso de los Vuriloches, a metros del cruce con Isaías Quilahueque. Familiares, amigos, conocidos y vecinos concurrieron a despedir al joven, que vieron crecer en el barrio. Los familiares pidieron no tomar fotografías.
En el interior de la casilla diminuta el calor era intenso. La cruz plateada emplazada en la cabecera del ataúd brillaba con los rayos del sol que se filtraban por una de las ventanas.
Rafael estaba cubierto por una bandera mapuche, tenía un trarilonco en su cabeza y algunos arreglos florales con mensajes de amigos y familiares. Sobre su pecho había una hoja de papel con un afectuoso saludo de un sobrino.
El obispo de la ciudad Juan José Chaparro encabezó una sencilla ceremonia alrededor de las 16. Lamentó la muerte violenta del joven, que recibió un proyectil calibre 9 milímetros, que usan las armas de los efectivos del grupo Albatros, tal como informó ayer “Río Negro”. Faltaban pocos minutos para las 17, cuando la camioneta de la cochería llegó al lugar para trasladar el cuerpo hasta el cementerio municipal.
En la calle polvorienta el sol castigaba con fuerza. Allí, un grupo numeroso de mujeres, hombres y niños mapuches se congregó, pero no entraron a la casilla donde se desarrollaba el velatorio. Sólo algunos familiares de la comunidad entraron a despedir a Rafael y gritaron algunas consignas.
Como el espacio era muy reducido, vecinos, familiares, amigos y conocidos entraban y salían todo el tiempo.
La muerte ocurrió el sábado por la tarde en la zona de Villa Mascardi. Nahuel recibió un proyectil en un glúteo, cuando intentaba escapar junto a otros jóvenes mapuches de integrantes del grupo Albatros. Aunque desde el gobierno nacional informaron que los efectivos de elite de Prefectura fueron atacados por los mapuches de la Lof Lafken Winkul Mapuche, que ocupan desde hace varios meses un enorme predio de Parques Nacionales, en Villa Mascardi, a unos 30 kilómetros de Bariloche.
Los mapuches avanzaron sobre ese lugar como un acto de recuperación de territorio. Parques Nacionales denunció la usurpación en el Juzgado Federal de Bariloche, que subroga el juez de Neuquén Gustavo Villanueva.
El magistrado dispuso el desalojo y alrededor de 300 efectivos de varias fuerzas federales sorprendieron en la madrugada del jueves a los mapuches. Sin embargo, un grupo de jóvenes mapuches escapó hacia la parte alta de los cerros. Junto a ellos estaba Micaela Johana Colhuan, prima de Rafael. La joven es soldado desde hace 3 años y cumple funciones en la Escuela Militar de Montaña.
Según relataron referentes mapuches y abogados de derechos humanos, la joven sufrió el sábado una herida de arma de fuego, con orificio de entrada y salida, durante el procedimiento que finalizó con Rafael muerto. Otro joven mapuche recibió una herida en un brazo. Las lesiones no fueron graves y el domingo recibieron atención médica en Villa Mascardi. Allí, un grupo de mapuches permanece en el lugar. Ayer aseguraron que no se irán. Tampoco tienen intenciones de entregarse a la justicia. Aunque se presume que la joven soldado ya no se encuentra entre los ocupantes.