Esta mañana en la 99.9 habló María Luján Rey, madre de Lucas Menghini Rey, una de las víctimas de la Tragedia de Once. Se refirió al juicio oral y público que están esperando y responsabilizó tanto a los empresarios que robaron el dinero como a los funcionarios que se lo permitieron. “La corrupción mata”, sentenció.
La Tragedia de Once sigue esperando por justicia. Esta mañana, a través de la 99.9, habló María Luján Rey, madre de Lucas Menghini Rey, la última víctima encontrada en el siniestro. Sobre el proceso iniciado en contra de varias personas, adelantó: “estamos esperando que el Tribunal Penal Número 2 ponga fecha de inicio al Juicio Oral y Público con más de 20 procesados, entre los cuales se encuentran 5 funcionarios de este Gobierno, el motorman y los empresarios dueños de TBA, que era la concesionaria en ese momento”.
Parece que la espera será breve, porque las familias de todos los damnificados están aguardando el momento de comenzar con el enjuiciamiento. Antes, “hay que revisar el fallo que se dio en los últimos días y ver si hay alguna apelación, son los pasos previos para ir a juicio oral y público”.
Desde que sucedió la tragedia, nada ha cambiado mucho, a pesar de las numerosas promesas del Gobierno. “Es muy triste pero escuchamos todos los anuncios, más ahora en campaña electoral. Entre los anuncios de 2012, con grandes actos y folletería, estaba el soterramiento, que nunca se hizo; no avanzó ni 100 metros y le ha costado mucho al Estado. Se anunció la remodelación de las estaciones y solo las han pintado. Cambiaron el parachoques de la estación de Once, que estaban desde 1961”, puntualizó María Luján. Luego, destacó que “los discursos son muy distintos de la realidad, por más montos y cifras que digan. No se ha modificado la realidad de quienes viajan en tren todos los días. Se compran trenes a China por compra directa, sin control ni licitación. Creemos que van a llegar el año que viene recién. Seguimos encomendándonos a Dios para que no suceda nada”.
Ampliando su opinión sobre la compra de trenes, María Luján indicó que “se necesita, en principio, transparentar todo. Y si se compran, que se haga con los métodos que corresponde. Deberíamos darle participación a un ente de control. Ellos ven lo que tienen ganas de ver. Los usuarios padecemos los viajes en las mismas condiciones de antes”.
Todo lo que se pueda solucionar ahora, debe atravesar pasos previos y condicionantes que no se pueden dejar de lado: “en este Gobierno se olvidan de que todo lo que se haga en los trenes tiene como base 52 muertos. Si no, no harían absolutamente nada. La prueba está en que tuvieron el dinero para hacerlo, más de 10 años para hacerlo y evitar las tragedias, y no lo hicieron. No hubo voluntad de cambiar la realidad de los usuarios del Sarmiento. Si hoy se hace, es porque enterramos a 52 inocentes”.
El siniestro doloso de Once no forma parte de la Agenda Nacional de hoy. Y a pesar de ello, nada de lo ocurrido desaparece: “no decirlo, no hace que la Tragedia de Once desaparezca. Seguir echándole la culpa a la privatización de los ’90 después de haber tenido 10 años de gestión, no sirve. La gente entiende que el dinero que se roban y no destinan a donde deben, termina matando. La corrupción mata”.
Como se sabe, el dinero para mantener y acondicionar las unidades ferroviarias estaba, pero se la robaron. “Los empresarios corruptos tuvieron la posibilidad de hacer lo que quisieron porque alguien se los permitió. Ahora, siguen recibiendo dinero y nada cambia. Falta voluntad de control. Se desoyó a los usuarios, a las advertencias de los trabajadores y se ignoró el informe de la Auditoría General de la Nación que daba cuenta de la falta de mantenimiento”, recordó la mamá de Lucas.
Los funcionarios son necesariamente partícipes de ese descalabro económico que terminó en tragedia: “si cada uno hubiera cumplido con su función, los empresarios no habrían encontrado la manera de robarse lo que se robaron. Para la familia de Lucas, al menos, componen una asociación ilícita”.