Se investiga la contratación de los derechos de TV de ocho torneos de fútbol por 33 millones de dólares. También volverán a ser investigados Juan Manuel Abal Medina y Gabriel Mariotto.
La Sala I de la Cámara Federal porteña revocó el sobreseimiento que el juez Daniel Rafecas había dictado sobre Aníbal Fernández, Juan Manuel Abal Medina, Gabriel Mariotto y un grupo de empresarios investigados por la contratación de los derechos de televisación de ocho torneos de fútbol por 33 millones de dólares. Se trata de uno de los expedientes que investiga irregularidad en el programa Fútbol para Todos, y que también está vinculado con el escándalo mundial FIFAgate.
La imputación del fiscal Gerardo Pollicita sostenía que se habrían pagado sobreprecios por 19 millones de dólares en los derechos de partidos y torneos que transmitía el Gobierno.
A partir de la resolución que firmaron los jueces Mariano Llorens, Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi, el caso volverá a investigarse con un pedido específico: que la justicia federal acceda y analice la confesión del ex directivo de Torneos Alejandro Burzaco ante la justicia estadounidense que investigó el Fifagate, “para que se determine quién pagó y quién cobró las coimas”, explicaron fuentes judiciales a Clarín.
La resolución de la Cámara responde a la apelación del fiscal Pollicita a la decisión del juez Rafecas, quien había dictado el sobreseimiento del ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández, de Pablo Paladino, ex coordinador del programa Fútbol para Todos y del ex vicegobernador Gabriel Mariotto. El planteo incluía a Juan Manuel Abal Medina y a otros once empresarios involucrados.
Qué se investiga en la causa
Durante la instrucción se acusó a los funcionarios y empresarios de defraudación al Estado por la compra de los derechos de trasmisión de ocho campeonatos a Torneos y Competencias con plata del plan Fútbol Para Todos, por más de 33 millones de dólares.
Pollicita pidió la indagatoria de los ex jefes de Gabinete Aníbal Fernández y Juan Manuel Abal Medina, de los responsables de las empresas que manejaban los derechos de transmisión de eventos futbolísticos, por los que el Estado pagó en dos años 33.050.000 dólares a “TyC International BV”, que manejaba Burzaco.
El expediente inició después de una denuncia de la Procuraduría contra la criminalidad económica y lavado de activos (PROCELAC) que se sumó a la presentación que realizó la diputada Graciela Ocaña.
Sostuvieron en la denuncia que los ex funcionarios y empresarios, “habrían obtenido los derechos económicos exclusivos de diversos eventos futbolísticos en los que había participado el Seleccionado Argentino de Fútbol desde el año 1991 hasta el 2015 mediante el pago de sobornos a las autoridades de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) y la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL)”.
Tales ilícitos, expresa la denuncia, “se hallaban investigados por la justicia de los Estados Unidos de América, les habría permitido a sus empresas -“Full Play International S.A.” y “Torneos y Competencias S.A.”- vender tales derechos de televisación, marketing y publicidad en forma ilegal al Estado Nacional obteniendo ganancias exorbitantes en detrimento del patrimonio público”.
La causa madre por el desvío de parte de los 7.200 millones de pesos que el gobierno de Cristina Kirchner le dio a la AFA en el marco del plan Fútbol Para Todos la tiene la jueza federal María Servini, quien ya procesó y envió a juicio oral a Aníbal Fernández y al ex jefe de gabinete y actual intendente de Resistencia, Jorge Capitanich. Al otro ex jefe de gabinete K, Juan Manuel Abal Medina, le dio falta de mérito.
Rafecas dictó el sobreseimiento de todos los involucrados: a Aníbal Domingo Fernández, Juan Manuel Abal Medina, Juan Gabriel Mariotto, Pablo Paladino, Ana Liliana Malecki, Silvina Mabel Arancibia, Juan Miguel Ripoll, Leonardo Ellenberg, Alberto Mario Pomato, Marcelo Eduardo Bombau, Bruce Barret Churchill, Daniel Alejandro Nofal, Alejandro Burzaco, Jacopo Bracco, Michael Alan Hartman, Eduardo Manuel De Abelleyra, William Langden Wedum, Carlos José García, Frederick Arnold Vierra, Ronald Michel Kolders.
Tras la apelación del fiscal Pollicita la Cámara Federal porteña analizó la situación y revocó el sobreseimiento ordenando que se continúe investigando el caso.
La resolución, a la que accedió Clarín, sostiene: “La actividad orientada a dilucidar lo acontecido no ha sido suficiente, y que pese a existir concretos cursos instructorios como los propuestos por el acusador público, se arribó al pronunciamiento que se examina anclado en una sesgada interpretación de sus constancias”.
En ese sentido entendieron que el juez Rafecas “dejó de lado varias cuestiones que forman parte de esta investigación, limitándose en su análisis a la ponderación de la alegada imposibilidad de los peritos de asignarle un valor de mercado a los derechos televisivos investigados, construyendo detrás de eso la estructura de su solución definitiva”.
Los números cuestionados
Según la investigación de la fiscalía, se detectaron sobreprecios en la gestión de Aníbal Fernández en la contratación de los derechos de algunos partidos de fútbol. En total suman US$ 1.230.000. Uno fue por el contrato que Fernández firmó el 14 de septiembre de 2011 para los derechos del “Superclásico de las Américas 2011” a “TyC International” que dependía de Burzaco. Telefé había adquirido esos derechos por US$ 270.000, pero el Gobierno los pagó US$ 1.200.000. La diferencia es de 930.000 dólares.
Con el amistoso de la Selección Nacional, Fernández “no respetó el método de contratación mediante subasta” que hubiera “disminuido el precio”: adquirió los derechos pese a que otro canal, América TV, ya los tenía y garantizaba la transmisión gratuita en todo el país. Por ese partido, América pagó 300.000 dólares y el Estado, 600.000: el doble.
Con la Copa América de Chile 2015, Abal Medina firmó un convenio por los derechos de televisación que no resultó muy favorable. El Estado pagó 8 millones de dólares, mientras que Direc TV desembolsó 3 millones y TeleRed 2 millones, según el dictamen del fiscal.
Abal Medina firmó además el convenio por la Copa Mundial del 2014 que se disputó en Brasil. Por la transmisión, incluso si la Selección Nacional no clasificaba, desembolsó 18 millones de dólares. Por la Copa Mundial de 2010 en Sudáfrica se habían pagado 6.100.000 dólares.
Otro de los acuerdos fue el de los derechos televisivos para transmitir el Torneo Sudamericano sub 20 y la Copa del Mundo Sub 20 en 2013. Se pagó 1 millón de dólares, pero el seleccionado juvenil ni siquiera clasificó para ese Mundial.