Gabriel Brito es uno de los testigos claves en la causa de la efedrina y luego de su declaración ante el juez Lijo, habló en la 99.9 relatando la relación entre algunos de los implicados con el propio hermano del magistrado. “No me considero un perejil, soy un bobo”, agregó.
En la causa de la efedrina que tanto ha dado que hablar a nivel nacional, siguen apareciendo testimonios importantes que permiten sumar elementos como el caso de Gabriel Brito que ayer tuvo su audiencia con el juez Lijo para que le hiciera preguntas respecto de la causa y el testigo aprovechó para dejar sentadas algunas cuestiones.
En principio, contó en la 99.9 como llegó a estar involucrado en esta causa: “en el 2007 conocía a uno de los implicados, el Sr. Lorenzo que me pide unos cheques prestados de mi empresa y accedí a dárselos bajo la promesa de que me depositara el dinero. Al año siguiente, en agosto de 2008 cuando aparecen los tres cadáveres me llaman de La Nación y me preguntan si hay cuatro cheques míos que fueron a parar a las arcas del Frente para la Victoria, algo que nunca había hecho”. A partir de ahí, empezó un derrotero que se extiende hasta el día de hoy: “comenzó una serie de reclamos con los apoderados, el mismo Lorenzo y saltó el tema de la efedrina y la mafia de los medicamentos. Ayer fui a hacer la declaración ante la justicia”, agregó.
Hay varias imágenes donde se lo ve en la Superintendencia de Salud y fue cuando hicieron un allanamiento que el propio Brito explicó: “hice mucho escándalo ante las autoridades enviando mails a todos y hasta el recaudador que era el Jefe de la Superintendencia de Salud y además le aprobaba los expedientes apócrifos a Lorenzo para que pudiera cobrar y estafe a la gente a través de las obras sociales sindicales”.
Al momento de sentarse delante del juez Lijo, le habló sobre algunas verdades que creyó pertinente exponer: “se sorprendió con mi declaración. Hay una escucha que le hace la Policía Federal a Lorenzo donde le piden a Capaccioli y a Gramajo, que era el otro recaudador, el teléfono de un abogado. Casualmente la reunión fue en el domicilio del hermano del juez Lijo, Alfredo, y le dije que me parecía extraño que me tome declaración a mí y los restantes imputados cuando su hermano los atiende a todos estos. Lorenzo cuando salió del despacho lo llamó a Capaccioli y le dijo que estaba todo arreglado”.
En cuanto a su participación dentro de la causa, Brito opinó que “no me considero un perejil, soy un bobo. Esa escucha tiene relevancia. Creo que Lijo se tendría que apartar de la causa, mínimamente por una cuestión de ética. No se con que cara me podría procesar Lijo”. También aclaró que “Capaccioli y Lorenzo no eran los cobradores. Esto apunta más alto, la campaña movió millones y estos dos eran unos bobos en este esquema. Los responsables de esto son Cristina Fernández y Néstor Kirchner. En el marco donde un juez se junta con estos dos y les dice que está todo arreglado, yo no me animo a acusar a la ex presidenta, me sentiría muy pavo”.
Por último, dijo que Aníbal Fernández debe formar parte de este proceso porque formó parte de toda esta estructura: “fue un protegido del multimedio Clarín durante muchos años, abonado a todos los programas de televisión para salir a hacerse el arrepentido. Me acusa de no poder hablar de él porque me falta moral, pero primero tendría que tenerla él. Es un fracasado porque su alquimia política le salió muy mal”, finalizó.