La diputada nacional de Cambiemos habló en la 99.9 de dos proyectos sobre los que está trabajando intensamente pero encuentra resistencia de los legisladores. Se trata de la Ley del Deporte y la de Acoso Callejero.
La diputada nacional por Jujuy, Gabriela Burgos está trabajando puntualmente en dos temas que pretende que avancen aunque se encuentra con la oposición de sus pares. En la 99.9, la legisladora se refirió en primer término a la denominada “Ley del Deporte” que busca penar al delito dentro de las barras bravas con sanciones severas.
“Tuvimos ayer una reunión por la Ley de Prevención contra los delitos que suceden en espectáculos fútbolísticos con la presencia de Mariano Elizondo de la Superliga, el pro secretario de AFA Marcelo Achile, vino Guillermo Madero que está a cargo de Tribuna Segura, la Asociación Argentina de Árbitros tuvo a Sergio Zoratti y estuvo Florencia Arietto. Fue una jornada para poder hablar y en contrario de lo que dijeron algunos legisladores de que no se podría adecuar, me parece que hay dos posturas que se pueden complementar”, explicó.
Los puntos sensibles aparecen cuando se debe plantear un sistema de sanciones que luego debe contar con el coraje judicial de ser aplicado: “las mafias se van enquistando en el fútbol y tienen una red de asociaciones ilícitas en el marco de otros delitos como el narcotráfico y la trata. Creo que la prevención es importante, pero cuando hay organizaciones pesadas hay que poner sanciones fuertes de cumplimiento efectivo para poner un límite. Tiene que haber jueces que se animen a dar ese paso”.
Paralelamente, desde hace un tiempo, ha presentado un proyecto de Acoso Callejero y no ha podido avanzar en la discusión del tema: “en dos oportunidades se cayó, no se porque tanta resistencia a esta normativa que ha avanzado en Europa y distintos países de América”.
Lo que aclaró además es que no se trata de hechos superficiales sino de acosos reales que sufren sobre todo las mujeres: “son expresiones que sufrimos, queremos tener libertad para salir a la calle. Estamos hablando de frases de alto contenido sexual, contactos físicos y arrinconamientos que perturban a las mujeres en la vía pública; no se trata de los piropos”. Lo que propone es tener también sanciones claras: “tiene que ser un delito con una sanción de multa y alguna ayuda a la comunidad con la obligación de una concientización de que lo que hizo está mal”, finalizó.