El canadiense Gaetan Dugas fue uno de los pacientes más demonizado en la historia por haber sido acusado de la propagación del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en Estados Unidos.
Pero la ciencia demostró que no lo fue.
De acuerdo a recientes estudios genéticos, se logró limpiar la reputación de Dugas que se había ganado el estatus de leyenda en la historia del sida cuando se hizo conocido como “Paciente Cero”.
Un estudio en la revista Nature demostró que Dugas, que era homosexual y trabajaba como auxiliar de vuelo en la aerolínea Air Canada, era sólo uno entre los miles infectados en la década de 1970.
El reporte también mostró que Nueva York era un centro crucial para la propagación del virus por ese entonces.
Código genético
El sida empezó a ser reconocido en 1981 cuando los síntomas inusuales comenzaron a aparecer en los hombres homosexuales.
Sin embargo, los investigadores fueron capaces de mirar más atrás en el tiempo mediante el análisis de muestras de sangre almacenadas de pruebas de hepatitis en la década de 1970 y, algunos de ellos contenían VIH.
El equipo de la Universidad de Arizona desarrolló un nuevo método para reconstruir el código genético del virus en esos pacientes.
Y después de observar 2.000 muestras procedentes de Nueva York y San Francisco, los investigadores lograron conseguir ocho códigos genéticos completos del VIH.
Eso le dio a los científicos la información que necesitaban para construir un árbol genético del VIH y rastrear cuándo llegó a EE.UU..
El doctor Michael Worobey, uno de los investigadores, dijo que “las muestras contienen tanta diversidad genética que no pudieron haberse originado a finales de 1970”.
“Podemos colocar las fechas más precisas sobre el origen de la epidemia en Estados Unidos alrededor de 1970 o 1971”.
Prueba de paternidad
Los investigadores también analizaron el código genético del virus de inmunodeficiencia humana tomado de la sangre de Dugas.
Como una prueba de paternidad fallida, los resultados mostraron que el virus en su sangre no era el “padre” de la epidemia de Estados Unidos.
Richard McKay, historiador de la ciencia en la Universidad de Cambridge, aseguró que “Gaetan Dugas fue uno de los pacientes más demonizados de la historia y uno de una larga lista de individuos y grupos señalados como autores de epidemias con una mala intención detrás”.
El empleado de Air Canada fue etiquetado como Paciente O (la letra, y no el número) por los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos, porque era un caso de “fuera de California” (Out-of-California).
Con el tiempo la O se convirtió en un 0 (cero) y nació el término “Paciente Cero”. Esa denominación todavía se utiliza para describir el caso inicial de un brote, como fue el del ébola en África.
Dugas murió en 1984, pero fue identificado como “Paciente Cero” en el libro “And the Band Played on”.
Ciudades clave
El estudio también descubrió el papel clave de Nueva York en la propagación de la infección.
La ciudad de Kinshasa, en la República Democrática del Congo, fue señalada como la ciudad en la que comenzó la pandemia de alcance mundial. Desde allí, se expandió al Caribe y a EE.UU. alrededor de 1970.
“En la ciudad de Nueva York, el virus se encontró con una población que era como leña seca, causando que la epidemia se distribuyera muy rápido infectando a gran cantidad de gente por lo que llamó la atención del mundo por primera vez”, según describió Worobey.
“Del mismo modo que Kinshasa fue un punto de inflexión para la pandemia, la ciudad de Nueva York también lo fue del mismo modo porque el virus se movió hacia la costa oeste y finalmente a Europa Occidental, Australia, Japón, América Latina y todo tipo de otros lugares”, añadió.
El profesor Oliver Pybus, de la Universidad de Oxford, comentó que “estos nuevos datos ayudan a confirmar los orígenes del VIH en EE.UU..
“Esto hace del ‘Paciente Cero’ y de los orígenes del sida un tema punto muy interesante, porque no importa cuán atractiva sea la narrativa, no tiene ninguna base científica y es realmente lamentable que esta persona fuera identificada” con esa leyenda, concluyó.