Una obra clave para llevar el shale gas de Vaca Muerta al norte argentino, y con el objetivo de exportar a Brasil en el futuro, se encuentra con pruebas de seguridad antes de su inauguración plena.
Las obras de reversión del Gasoducto Norte ya están finalizadas, y a la espera de una inminente comunicación formal por parte de la estatal Energía Argentina (Enarsa), aunque resta el proceso de final de limpieza de varios tramos de ducto para su puesta a punto final que de lugar al llenado con el shale gas proveniente de Vaca Muerta.
Ese punto de apertura de las primeras válvulas marcará el cierre de una era de suministro gasífero desde Bolivia dado por el acuerdo alcanzado en 2006 por los presidentes Néstor Kirchner y Evo Morales, que debía extenderse al menos hasta 2026, pero que el declino de producción del país andino obligó a interrumpir de manera anticipada.
En la práctica, el sistema nacional ya no recibe gas desde Bolivia desde los últimos días de septiembre a pedido del vecino país, por lo que la Argentina decidió cubrir la demanda de las provincias del norte con importaciones de gas regasificado en la terminal de GNL de Mejillones, en la costa chilena, el aporte de la producción de Salta y lo que TGN inyecta al centro del país desde San Gerónimo, en el sur de Santa Fe.
La reversión, que extraoficialmente Mejor Energía supo que podría inaugurarse el 22 de octubre próximo, permitirá abastecer a siete provincias argentinas con la producción de la Cuenca Neuquina a un valor muy inferior al de importación, lo que permitirá un ahorro estimado en hasta u$s 1000 millones al año.
Esto significa que para el país, el repago de la obra se logrará en menos de un año, ya que el presupuesto oficial de la reversión es de u$s 710 millones de dólares, de los cuales US$ 540 millones fueron aportados por un crédito del CAF y el resto por el Estado nacional, por su carácter estratégico para que el gas de Vaca Muerta llegue a Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy.
La cifra de importaciones sustituidas que varía según precios y volúmenes, se desprende de lo que Bolivia exportó al país en 2023 solo por los envíos de gas, lo que alcanzó los 875 millones por la sensible reducción de los envíos por falta de capacidad productiva. En 2022, las exportaciones de gas a Argentina alcanzaron los u$s 1692 millones de dólares por el envío promedio al día de 10,80 MMm/d, siempre de acuerdo a YPFB.
Es que los volúmenes se redujeron sensiblemente en 2023 a valores de entre 5 y 8 MMm3/d y aún más en el corriente año con topes en torno a los 5 MMm3/d, de acuerdo al parte diario del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), con pisos que estuvieron en torno al millón de metros cúbicos.
El gas natural fue el principal producto de exportación de Bolivia y el mayor sustento de la economía boliviana en las dos últimas décadas, con sus principales mercados en Argentina y Brasil. Su declino pronunciado registrado en la última década llevó a que la obra de reversión fuera clave para asegura el abastecimiento del norte argentino y encontrar nuevo mercado a la producción creciente de Vaca Muerta, desarrollo de la infraestructura mediante.
Para esta obra se avanzó con la construcción del Gasoducto de Integración Federal, de 122 kilómetros de extensión, que unió las plantas compresoras del sistema de TGN de La Carlota-Tío Pujio, en la provincia de Córdoba. Ese tramo vinculó al Gasoducto del Cent ro Oeste que nace en la Cuenca Neuquina hasta el sur de Santa Fe con el Gasoducto del Norte.
A la vez se realizó un loop de 62 kilómetros en el troncal del norte y están aún en marcha la reversión de cuatro plantas compresoras. Las empresas a cargo de los trabajos son la unión transitoria de las empresas Techint y Sacde, además de BTU y Esuco.
Fuentes privadas señalaron a Mejor Energía que las obras de ductos ya están todas realizadas y conectadas, por lo que ahora se deben realizar las tareas operativas de seguridad, de limpieza del caño y de inicio de llenado a la presión necesaria para iniciar el abastecimiento.
Actualmente, TGN viene inyectando en los últimos meses 10 MMm3/d desde el nodo de San Gerónimo que le llega desde el sistema de TGS, lo que le permite alimentar hasta el norte de la provincia de Córdoba, gracias a las obras que la transportadora anticipó desde 2023 en cuatro de las plantas compresoras: Leones, Tío Pujio, Dean Funes y Ferreyra.
Esos volúmenes, se incrementarán a 15 MMm3/dia cuando se habiliten las obras, y a 19 Mmm3/d el año próximo cuando se pongan en marcha las otras cuatro plantas cuya reversión tiene a su cargo Esuco, que son la completación de las obras de Ferreyra y Deán Funes, además de las de Lavalle, en Santiago del Estero, y Lumbreras, en Salta.
De la importación al objetivo exportador
La construcción del Gasoducto del Norte fue el reflejo de una época. Con su inauguración en marzo de 1960, el ducto de más de 1700 kilómetros desde Campo Durán (en Salta) con General Pacheco (en el Gran Buenos Aires) permitió lograr el autoabastecimiento con la creciente producción local de por entonces.
El declino de los campos del norte dio lugar al acuerdo con Bolivia para el abastecimiento mediante e importaciones, y ahora ese ciclo volverá a revertirse, con la perspectiva local de poder llegar con el shale gas neuquino al atractivo mercado de exportación del sur de Brasil, también en demanda creciente.