El primer ministro italiano se muestra dispuesto a utilizar cualquier medio para proteger a los ciudadanos de la epidemia.
Giuseppe Conte (Volturara Appula, 55 años) tiene como foto de perfil de su WhatsApp una imagen de John Fitzgerald Kennedy junto a una cita: “Cualquier resultado empieza por la decisión de intentarlo”. Pero cuando Italia se enfrenta a la epidemia de coronavirus con casi 6.000 contagiados y más de 230 fallecidos, y horas después de aprobar las medidas más drásticas puestas en marcha contra la enfermedad en Europa, con la decisión de forzar la cuarentena de más de 16 millones de personas en el norte del país, el primer ministro italiano cita a otro estadista anglosajón: “Estos días he vuelto a pensar en antiguas lecturas de Churchill; es nuestra hora más oscura, pero saldremos adelante”.
Pregunta. Los italianos se preguntan cuándo saldremos del túnel.
Respuesta. Quiero ser honesto y claro, como siempre: en este momento es muy difícil hacer pronósticos, porque estamos ante un virus nuevo y con un índice de virulencia que aún estamos experimentando. El Gobierno coordina con la máxima intensidad y concentración la estructura organizativa. Debemos alcanzar dos objetivos: contener la difusión del virus y potenciar las estructuras sanitarias para que puedan hacer frente a este desafío. Somos un país fuerte.
P. Pero la aprobación en mitad de la noche del último decreto antivirus ha sido muy problemática, confusa y discutida por las regiones de la zona roja [la de mayor afectación con el virus]. Sobre todo, ¿cómo ha sido posible que empezara a circular ya por la tarde un borrador sobre las nuevas restricciones?
R. El que filtró al exterior el borrador del texto ha cometido un acto irresponsable, porque la difusión indebida del texto aún no definitivo ha provocado confusión e incertidumbre en los ciudadanos.
P. ¿Entonces no ha sido el Ejecutivo el que ha difundido el borrador del decreto?
R. Rotundamente no. A última hora de la tarde, cuando se envió el borrador a los ministros y a los presidentes de las regiones, como está previsto en la ley, nos encontramos con un país que hablaba de medidas provisionales sobre las que yo mismo me había reservado hacer valoraciones definitivas. De ahora en adelante adoptaremos medidas más estrictas para que no se repitan situaciones semejantes. El secreto sobre los actos legislativos aún no definitivos debe ser salvaguardado al máximo.
P. También sobre el cierre de los colegios hubo un baile de avances, desmentidos y luego confirmaciones.
R. Ese adelanto a los medios fue imprevisto, lo dije claramente. En esta fase tan complicada es fundamental hablar con una sola voz.
P. Sin embargo, muchos se preguntan: ¿quién manda en momentos como estos, el Gobierno o las regiones?
R. La protección de la salud está transferida en gran medida a las regiones. El Gobierno es el principal responsable cuando se trata de los principios fundamentales y los niveles esenciales de las prestaciones. El Gobierno, también a través del brazo operativo de Protección Civil, lleva a cabo un trabajo de apoyo fundamental, pero las regiones deben continuar colaborando, como ya hacen, para seguir una línea de acción única, compartida y efectiva. Cualquier iniciativa autónoma y fragmentada convertiría en inútiles todos los esfuerzos que estamos haciendo.
P. ¿Volvería a dar una rueda de prensa a las dos de la mañana? ¿No sería mejor, especialmente en situaciones tan delicadas, suprimir estas citas nocturnas surrealistas que se han convertido en algo habitual?
R. Trabajo hasta tarde, pero no me gustan las ruedas de prensa nocturnas. La otra noche fue un caso especial. Después de la confusión generada por el adelanto indebido, consideré necesario que, al despertar, el país pudiera escuchar una voz clara y sincera, que explicara lo ocurrido y anticipara el auténtico contenido del decreto.
P. Ahora una buena parte del norte de Italia es zona roja. Pero sigue habiendo una gran confusión sobre las restricciones, derogaciones y sanciones. Una nota explicativa de Farnesina [sede del Ministerio de Asuntos Exteriores] dice que bastará con que los ciudadanos aleguen razones comerciales para obtener un salvoconducto para viajar.
R. El Norte no es exactamente una zona roja, porque no hemos impuesto una prohibición absoluta de entrada y salida entre las dos grandes zonas del país. Sin embargo, hemos introducido restricciones en el movimiento de personas, que también se aplican dentro de la zona septentrional. Invitamos a todos a reducir los traslados, limitándolos a las exigencias laborales, casos de necesidad y razones de salud.
P. Sentido cívico aparte, ¿cómo piensa hacer que se respeten las prohibiciones?
R. Quienes no respeten esta disposición violan el artículo 650 del Código Penal. Y quien certifique de forma falsa que se da una de las tres justificaciones para los movimientos, quedará expuesto a una nueva sanción penal.
P. En los últimos días, incluido anteayer, el día de los mil contagios nuevos, hemos observado multitudes que abarrotaban los centros turísticos, clubes nocturnos y reuniones callejeras. ¿Qué es? ¿Subestimar el peligro? ¿Alergia italiana a las reglas?
R. No es fácil cambiar los hábitos de vida de la mañana a la noche y aceptar sacrificios personales por un bien colectivo. No quiero hacer juicios negativos. Esta dificultad de adaptación afecta a todos, incluidos usted y yo. Ennio Flaiano dijo que los nombres colectivos solo sirven para crear confusión, y que un buen día te das cuenta de que el “pueblo”, la “población”, somos nosotros, y no los demás, como creíamos. La renuncia que cada uno de nosotros está llamado a hacer es crucial para el bienestar de todos. Si todos respetamos las reglas indicadas, el país pronto podrá levantar cabeza.
P. Zingaretti [presidente de la región de Lacio] y Cirio [presidente de la región de Piamonte], hombres de las instituciones, han sido contagiados. ¿Usted se ha hecho la prueba? ¿Piensa hacérsela?
R. Mis médicos son competentes. Me siguen cuidadosamente y tengo plena confianza en ellos.
P. ¿Entonces se la hizo?
R. Sí, es negativa.
P. ¿Si los números demostraran en unos días que no hemos logrado contener la epidemia, sería posible aplicar nuevas restricciones?
R. Seguimos en la línea de aplicar con la máxima precaución y proporcionalidad las medidas puestas en marcha según la evolución de la situación. Pero la verdadera diferencia la deben establecer ahora todos los ciudadanos. Hago un llamamiento a todos los italianos: confiemos en los científicos, mantengamos una distancia de un metro, evitemos besos, abrazos, apretones de manos, respetemos las demás reglas. Por nuestra parte, con el decreto ley aprobado el viernes por la noche, hemos preparado un plan extraordinario para reforzar al personal médico y de enfermería, mientras que con otras iniciativas hemos garantizado algunas líneas de producción, aquí en Italia, para disponer de equipos especializados para cuidados intensivos y semiintensivos.
P. La decisión de cerrar los colegios durante 10 días estuvo en el centro de la polémica. ¿Nos encaminamos hacia una prórroga?
R. No ha sido una decisión fácil; sabemos que estamos pidiendo a las familias y a muchos padres con hijos un esfuerzo considerable. Solicitamos al comité técnico-científico un estudio a fondo para disponer de toda la información útil y necesaria para asumir la responsabilidad política de esta decisión. En los próximos días tendremos una idea más clara de los efectos de las medidas tomadas y decidiremos si prolongamos esta medida, comunicándolo con tiempo a las familias.
P. La tasa de mortalidad del coronavirus en Italia es alta. ¿Es posible que dependa del hecho de que una parte de los contagiados aún escapa a la detección?
R. Ante todo, quiero expresar mi apoyo a las familias de las personas fallecidas, a menudo mayores de 80 años. Son abuelos, padres, personas que dejan un vacío. La tasa de mortalidad puede depender de muchos factores, incluida la diversidad de estilos de vida y el hecho de que nuestra población es mayor que la china. Hay que decir que, como ha señalado el Instituto Superior de Sanidad (ISS), en la gran mayoría de estos casos se trataba de personas con patologías previas.
P. La cantidad de recursos asignados por el Gobierno es enorme, pero con toda probabilidad insuficiente para hacer frente a los efectos económicos de la epidemia. ¿Cómo lograremos superarlo?
R. Adjudicamos inmediatamente 7.500 millones de euros para apoyar a las empresas más directamente afectadas, pero también a las familias y a los trabajadores, y aplicamos las medidas sociales. Desde luego, no nos detendremos aquí. Tendremos que recurrir a una terapia de choque masiva. Para salir de esta crisis, movilizaremos todos nuestros recursos humanos y económicos. Se necesitará un plan eficiente de “reconstrucción” extendido a todos los campos. Aprovecharemos para desbloquear un sistema que es lento cuando se trata de invertir. El modelo de Génova se convertirá en el modelo de Italia.
P. ¿No cree que la naturaleza excepcional de la situación puede provocar medidas igualmente excepcionales? ¿Por qué no pensar en una suspensión temporal del pacto fiscal o las cláusulas de salvaguardia?
R. He agradecido las evidentes muestras de colaboración de la Comisión. Sin embargo, en casos excepcionales como el que estamos viviendo, está prevista la flexibilidad presupuestaria y la aprovecharemos plenamente. Estamos estudiando varias iniciativas, que no quiero adelantar aquí. Con toda seguridad, a Europa no se le ocurre hacer frente a una situación que promete ser extraordinaria con medios ordinarios.
P. Animó a sus ministros a reunir algunas de las ideas sugeridas por la oposición. Pero cuesta ver una atmósfera de concordia nacional. Meloni [Giorgia Meloni, presidenta de Fratelli d’Italia], aunque más abierta al diálogo, habló de “gestión criminal” por parte del Gobierno.
R. Habría sido criminal si hubiéramos ocultado los datos de contagio o minimizado todo. Hoy más que nunca, la política debe demostrar, a pesar de la diversidad de papeles, que le preocupa el bien de los italianos y que habla con responsabilidad, mostrando amor por el país. Entre hoy y mañana volveré a reunirme con la oposición para hablar de medidas económicas.
P. En las últimas horas se habla menos de “gobiernísimo”. ¿Todavía hay quienes se esfuerzan en sustituir al Gobierno actual?
R. Francamente, todas mis energías están dedicadas a las necesidades del país. No tengo ningún interés por otros asuntos.
P. Matteo Renzi sugiere que contrate a [Guido] Bertolaso [responsable de Protección Civil durante el terremoto de L’Aquila] . En general, ¿hace falta reforzar el equipo?
R. Estamos ante una crisis a la que Italia, al menos en su historia más reciente, nunca se ha enfrentado. Estoy decidido a utilizar cualquier medio para proteger a los ciudadanos y, por supuesto, reforzaremos el equipo.
P. El referéndum constitucional sobre la reducción del número de parlamentarios se ha pospuesto sine die. ¿Existe la posibilidad de posponer también las elecciones regionales?
R. De momento no se contempla esa posibilidad.
P. Si pudiera volver atrás, ¿cambiaría alguna de las decisiones del Gobierno? ¿Hubo algún error que hizo que nos convirtiéramos en el país europeo más expuesto al contagio?
R. Estamos ante una crisis histórica, un virus desconocido que se está extendiendo rápidamente y que ya ha afectado a más de 90 países y territorios de todo el mundo. Al principio, me hice una pregunta: si aún fuera un simple ciudadano, ¿qué esperaría del primer ministro? La respuesta fue la que siempre me doy: transparencia, coraje, determinación. Se nos ha acusado de hablar demasiado, pero también de hablar muy poco. De ser demasiado estrictos, pero también de tomárnoslo demasiado a la ligera. Será así hasta el final. Pero nuestra línea no cambia y lo repito como un mantra para todos los ministros y para la estructura organizativa: máxima precaución, adecuación y proporcionalidad de las medidas.