El docente y escritor habló en la 99.9 acerca de los problemas que detectó desde su experiencia, al momento de educar en Argentina. “Hay docentes que no tienen competencia e igual logran el título”, advirtió.
La educación está en el eje de la discusión social de nuestro país como pocas veces antes. En esa coyuntura aparecen voces disruptivas como la del docente y escritor Gonzalo Santos que, a través de la 99.9, brindó su opinión desde la experiencia vivida.
“La formación docente me parece un tema preocupante, está invisibilizado en las discusiones educativas que siempre giran en torno a lo mismo”, dijo primeramente. En eso aparece el hecho de ser inclusivos y bajar los estándares de exigencia: “el paradigma de la inclusión se exacerbó en las gestiones del kirchnerismo y no sólo en la secundaria sino en los institutos de formación docente. Ese paradigma fue mal entendido porque la inclusión debe existir, pero se transformó en un facilismo, aprueban todos porque sino la responsabilidad recae en el docente. Se produce un círculo vicioso, hay docentes que no tienen competencia e igual logran el título”.
Formar no es solamente brindar las herramientas para hacer el trabajo, sino aportar profundidad en el contenido, algo que no está presente para Santos y que, además, se ve comprometido por la dura realidad que enfrentan los alumnos en la actualidad: “en muchos casos, se enseña como debe enseñar, pero después les faltan los contenidos. Esto pasa en muchos países de Latinoamérica, me han llegado experiencias de todas partes, pasa en Europa también. La educación está en crisis en todo el mundo, es muy duro dar clases y enfrentar los problemas de los alumnos. Cuando uno indaga las historias de cada uno, se encuentra con cosas terribles y no sabes muy bien que hacer”.
La solución posible en el corto plazo, tiene que ver con un regreso a los viejos métodos donde el docente era una persona que no sólo inspiraba respeto en el alumno, sino también conocía profundamente el tema que enseñaba: “habría que tratar de jerarquizar a los docentes y eso se hace fortaleciendo los Institutos. Uno de los problemas es que hay muchísimos institutos y profesorados, creo que son 1.400 y no hay recursos humanos suficientes para abastecer esos institutos. Faltan muchas materias específicas, hay que formar docentes de literatura que sepan de literatura y amen lo que hacen”.
Ahí fue donde introdujo otro aspecto fundamental que es la pasión por lo que se está tratando de transmitir, un elemento fundamental que también está devaluado: “siempre omito hablar de vocación que es una palabra que usan para rebajarnos como si porque tenemos vocación, no podemos pedir un aumento de sueldo. Para tener pasión y saber transmitir algo, tiene que conocer muy bien el objeto de estudio. Hay un fenómeno general en la destrucción de la autoridad, los chicos no tiene problemas educativos, sino vitales y de distinto tipo”.