El estudio sobre salarios de la empresa tecnológica sorprendió por mostrar una brecha salarial favorable a las trabajadoras en una categoría de programadores.
El estudio anual que realiza Google sobre los salarios que paga a sus empleados estaba pensado para detectar cualquier brecha relacionada con el género y la raza, para corregirla antes de que fuera un problema. Pero la tecnológica descubrió que estaba pagando menos a los hombres que a las mujeres por hacer el mismo trabajo y ahora tiene que indemnizar a miles de empleados varones afectados por esta discriminación, según ha anunciado este lunes el gigante tecnológico en una entrada de su blog.
“La remuneración debe estar basada en lo que haces, no en quién eres”, afirma Lauren Barbato, la encargada de analizar la igualdad salarial en Google. La compañía, explica, cuenta con un algoritmo que determina la paga en función del trabajo que hace el empleado, el lugar donde lo desempeña, su cargo y su rendimiento. Si la dirección quiere ajustarlo “debe facilitar un argumento claro”, añade.
El análisis estadístico que la empresa realiza anualmente reveló una discrepancia en los ingenieros de programas que les llevó a hacer un ajuste en las pagas. La compañía anuncia que va a distribuir 9,7 millones de dólares (unos 8,6 millones de euros) para compensar a 10.677 empleados por haber recibido menos dinero en 2018 por razón de su género o de su raza. No se especifica cuántos de ellos son hombres.
Google, como otras grandes firmas tecnológicas establecidas en Silicon Valley, está siendo objeto de un intenso escrutinio sobre cuestiones relacionadas con el género. La discriminación salarial es una de ellas, pero también el acoso sexual. Los empleados de Alphabet protagonizaron recientemente una jornada de protestas por todo el mundo para forzar a los ejecutivos a actuar.
Alphabet, la matriz de Google, contaba con casi 99.000 empleados a cierre de 2018. El resultado del análisis causó sorpresa entre la prensa especializada en cuestiones tecnológicas, porque lo que se estaba denunciando hasta ahora era que la brecha salarial perjudicaba a las mujeres. También llama la atención la diligencia con la que se corrige el problema, cuando llevó años que las tecnológicas admitieran el problema con el género y la raza.
Siete de cada 10 empleados de Google son hombres, una cifra que sube hasta el 75% en los cargos de dirección. Además, el 53% de los empleados son blancos y el 36% asiáticos, mientras que los negros y los latinos representan apenas un el 2,5% y un 3,6% respectivamente. La tecnológica de Mountain View admite que debe hacer más para tener una mano de obra más diversa, un problema que también reconoce el resto de grandes actores de la industria tecnológica.
El estudio anual que realiza Google desde 2012 para determinar la igualdad salarial, sin embargo, no es perfecto y ofrece una imagen incompleta. Por ejemplo, no especifica si una ingeniera recibe al ser contratada la misma remuneración que un hombre con las mismas cualificaciones. Barbato señala que se están revisando los procedimientos para resolver estos problemas estructurales.