Sergio Hernández tuvo una emotiva despedida de Peñarol, luego de haber estado seis años al frente del equipo. En una conferencia de prensa abierta al público, recibió todo el cariño del pueblo “milrayitas”. Hubo agradecimientos, recuerdos y lágrimas.
El escenario de la despedida hablaba por sí mismo antes de empezar la ceremonia, que tuvo mucho de celebración y gratitud por lo vivido, a pesar de que el motivo del encuentro era decir “adiós”. Cuando el gimnasio “Américo Gutiérrez” recibió a Sergio Hernández por primera vez en 2007 para comenzar su ciclo en Peñarol, lucía colmado. Se podía leer en las paredes el recuerdo de los logros conseguidos por el club: el título de la Liga Nacional de la temporada 93-94 y el de la Liga Argentina Vóley. Hoy, en 2013, el gimnasio se convirtió en el Microestadio “Domingo Robles”. Y allí se erigen los banderines que muestran los doce títulos que ganó Peñarol; diez, con Hernández como director técnico.
La gente se juntó como si fuera a ver un partido. Llevaron banderas, cantaron, alentaron y se emocionaron. No faltaron a la cita los jugadores del plantel profesional, que tampoco se habían despedido del coach después de perder en semifinales. En ese contexto, Sergio Santos Hernández le habló a la gente sobre su decisión de hacer una pausa. Se dirigió al plantel (todos los jugadores estaban en la primera fila), agradeció a Domingo Robles (quien lo acompañó en la mesa toda la noche) y contestó las preguntas de la prensa.
En una atmósfera única, con una mezcla de alegría por lo realizado y de tristeza por la despedida, Hernández explicó los motivos de la determinación de poner una pausa a su carrera como entrenador. “Para mí fue una decisión difícil. Ya lo tenía pensado. Estuve en procesos largos, pero éste fue especial, muy fuerte; y no me puedo imaginar sentado en el banco de otro equipo. Mis más de 20 años en la Liga y mi identificación con Peñarol hacen que hoy no pueda pensar en estar en otro equipo de Argentina que no sea éste. Va a ser muy difícil para mí sacarme la camiseta de Peñarol”, confesó.
Sin haberse despedido de los jugadores luego de la eliminación de la presente temporada, el “Oveja” Hernández se refirió a la situación que vivió tras quedar afuera en semifinales. “Cuando terminó el partido con Lanús no hablé con el equipo. No podía, no me salía nada; es difícil. Fue tan fuerte el play off y fue tan duro el año… Nosotros veníamos con muchas finales jugadas y cuando terminó el partido no entendía nada; quedás como vacío y no me pareció un buen momento para hablar con ellos. Después en el hotel quise tomarme una copa de vino, estar un poco más tranquilo, pero tampoco quise hablar con ellos. Este año quedamos en semi. Pero teniendo en cuenta lo que vivimos durante la temporada, podríamos habernos quedado afuera antes. Nos quedamos sin nafta. Hubo jugadores lastimados, cansados, ya con un estrés competitivo casi intolerante. Pero la competencia deportiva profesional es muy difícil. Nosotros llegamos con posibilidades a esa instancia por ese espíritu que tienen ellos. Me siento tremendamente orgulloso de ellos y los llevo en el corazón. Prefiero perder con ellos y no ganar con otros”, dijo el coach, y estalló el aplauso generalizado.
El futuro de Sergio Santos Hernández es una incógnita. Aunque aseguró que no va a dirigir otro equipo de Argentina, todavía no decidió qué hará ni cuándo será su próximo compromiso laboral: “la verdad, no tengo mucha idea. Nunca había tomado una decisión de vida así. Empecé a entrenar con 15 años en el año ‘79 en el mini básquet. A los 18 años era mi trabajo y hasta ahora nunca paré. Solo estuve una vez parado, cuando estuve full time con la selección y me sentía mal, no sabía qué hacer. Me parece bueno porque tengo algunos proyectos estancados, así que voy a retomarlos. Voy a viajar, a dedicarme a incorporar conocimientos, a participar de clínicas, leer libros, escuchar a otras personas. No voy a dirigir la Liga Argentina. La pausa no sé de cuánto va a ser, no tengo muy claro qué voy a hacer porque nosotros dependemos de las propuestas que haya. No soy yo el que puede decidir si voy a dirigir en la Liga ACB de España o si puedo integrar un cuerpo técnico de un equipo de NBA. Voy a buscar un lugar que tenga que ver con mi idea, con mis objetivos”.
En estos seis años, el ex técnico de la selección argentina fue eligiendo seguir en Peñarol temporada tras temporada, hasta firmar por dos años en esta última etapa. En el marco de la conferencia de prensa de despedida, Hernández trató de expresar en palabras qué fue lo que lo sedujo de Peñarol para haber permanecido tantos años. “Un club es su gente. No es su cancha, ni su equipo. Es la gente. Y Peñarol tiene un potencial en su gente como yo pocas veces vi. Uno siempre quiere estar en un club donde el básquet sea el deporte estrella. Y esa misma gente es la que te lleva a más, la que te alimenta el espíritu competitivo. Seguro tienen mucho más para crecer. Tener gente es la reserva más grande que un club puede tener. En Peñarol tengo una casa más. Acabo de sumar un lugar más que va a ser para disfrutar toda mi vida. Ya puedo venir y sentirme cómodo acá. Fue una parte muy grossa de mi vida”, expresó.
Sergio Hernández ya no es el técnico de Peñarol. Pero queda la certeza de saber que en un futuro, quizás no muy lejano, los caminos se vuelvan a cruzar.