La ex integrante de la Conadep, Graciela Fernández Meijide, dio definiciones puntuales sobre la desaparición de Santiago Maldonado y se lamentó en la 99.9 que “lo que se discute ahora lamentablemente por estar en tiempo electoral alrededor de un hecho dolorosísimo, son posiciones político partidarias”, señaló.
La desaparición de Santiago Maldonado ha traído nuevamente una fuerte aparición en escena de una lucha de posiciones políticas en torno a los derechos humanos. Graciela Fernández Meijide habló en la 99.9 brindando definiciones contundentes sin estar atada a una ideología política concreta y orientada a los derechos humanos: “cuando hay una dictadura neta todo es más fácil porque hay consignas netas de blanco y negro. Es más difícil cuando la gente tiene que convivir con decisiones que no coinciden con la propia. Construir en democracia supone disentir, aguantar las diferencias, entender que el otro tiene parte de razón y uno también, que las cosas tienen grises y que en posiciones políticas uno puede ganar y perder”, indicó respecto de lo que se ve cotidianamente. Luego abundó: “lo que se discute ahora lamentablemente por estar en tiempo electoral alrededor de un hecho dolorosísimo como la desaparición de Santiago Maldonado, son posiciones político partidarias”.
A veces las personas escuchan y ven lo que va de acuerdo a sus pensamientos y se encierran en ello: “lo más fácil del mundo es leer a los que dicen lo que uno piensa y escuchar a los que dicen lo que uno piensa. Lo más difícil es tolerar que alguien piense diferente y tolerarlo, esto nos pasa en todos los ámbitos de la vida. Lo que obliga a complejizar el pensamiento, nos lleva a pensar en lo más sencillo”, dijo la ex integrante de la CONADEP.
La lucha por los derechos humanos, tiene algunos años pero nunca en una democracia ante hechos de estas características se acusó a un gobierno democrático de ser una dictadura como sucede en estos momentos. “El tema derechos humanos y democracia en los años anteriores a la dictadura, tenían escasísimo valor. Nadie le daba importancia ni por derecha ni por izquierda y tampoco a las democracias. El consenso de la mayoría de la población se logra en el 83 cuando se dice nunca más a la violencia como herramienta política y la violación de la democracia. Hubo resortes entonces que funcionaron muy bien porque cuando los militares se levantaron, la gente lo repudió, cuando hubo hechos como los de Kosteki y Santillán o lo de Mariano Ferreyra, la gente se expresó contra la violencia policial sin que nadie en democracia dijera que desde el estado se estuvieran llevando adelante hechos contra los derechos humanos”, remarcó.
Esto sucede porque hay un cambio en la escena de temas tan sensibles: “cuando ingresa el interés político, todo nos empieza a fallar. Se dice que no conviene que se pida por alguien porque pone en peligro mi posición, caso Nisman que cuando hay una gran movilización el gobierno empieza a desprestigiarlo como si mereciera morir. Otro de los ejemplos es cuando el gobierno decide nombrarlo a Milani y Hebe de Bonafini termina abrazándose con el Jefe del Ejército en una parábola poco creíble. Era una persona que se sabía que estaba sospechado de haber participado en la dictadura”, ejemplificó.
La lectura de Fernández Meijide es que es una acción desesperada de un sector político que se ve fuera del poder y con pocas posibilidades de regresar a ocupar ese lugar que tuvo: “lo que sucede se da porque hay un sector político que siente que se va a terminar su presencia poderosa y creo que las próximas elecciones quedarán más o menos iguales. Además, el gobierno tiene posibilidades de seguir creciendo, mientras que la oposición irá por el mismo discurso a menos que se agarre de este tipo de cosas que no sabemos que efecto tendrá. La desesperación produce reacciones radicalizadas”.
Lo que queda claro para todos los argentinos es que hay una urgente necesidad de que Santiago Maldonado aparezca con vida y se pueda saber que fue lo que sucedió: “ojalá esté vivo y sepamos la verdad, pase como pase, las personas que pasaron por las dictaduras y fueron secuestradas como Pérez Esquivel que supo lo que era la tortura y el dolor en carne propia, no puede comparar alegremente esa situación con lo que estamos viviendo. No puede decir que un gobierno, le guste o no, elegido por la gente es dictadura”, refirió finalmente.