El Secretario General del Sindicato de Empleados de Comercio en Mar del Plata habló en la 99.9 sobre la instalación de nuevas firmas en la ciudad y además, fue crítico del funcionamiento del sistema de salud.
Mar del Plata está atravesando una particular situación con empresas que han decidido invertir en la ciudad y generar muchos puestos de trabajo para los marplatenses.
El Secretario General del SEC, Guillermo Bianchi, habló en la 99.9 sobre lo que implica que grandes empresas se instalen: “tenemos una serie de empresas que están eligiendo la ciudad para radicarse. Coto va a abrir sus puertas en la zona sur de Mar del Plata con la incorporación de 700 trabajos directos. Hay una empresa vinculada al área deportiva, Dexter, que en la calle Independencia y Gascón también ya está remodelando su primer local. Hay una serie de empresas vinculadas a la gastronomía que no son nuestro rubro, pero que vienen a buscar nuevos horizontes comerciales a nuestra ciudad. Es próspero en ese sentido y por supuesto es un aire fresco. Siempre un empleo que se genera para nosotros es un motivo de satisfacción en nuestra ciudad”.
Si bien no hay una pérdida constante de puestos de trabajo en paralelo, lo que están advirtiendo es que otra vez se incrementa el trabajo en negro: “hay otro dato que tenemos que observar, empleo que se pierde, el empleo vuelve de forma precaria. Hay una permanente salida a la calle mirando el comportamiento de sectores empresariales para la registración de gente, que es una obligación, que es una ley y es un tema que está creciendo de forma importante. Eso es un dato que la sociedad debe tomar, porque no registrar un trabajador es tener una economía negra, es no contribuir a la seguridad social, es quitarle el bolsillo al consumidor parte de impuestos que después no se depositan; hay una característica que hay que mirar, porque el comportamiento empresarial tiene que ser acorde a lo que todos hacemos, que poner mucho esfuerzo para intentar sostener el empleo”.
Paralelamente está el inconveniente del costo de un sistema de salud desmadrado que hace imposible sostenerlo: “las empresas de medicina prepaga que se incorporaron a la cartilla de prestadores de salud se negaron primero a aceptar que el 15 % de los ingresos vayan a un fondo especial que se redistribuye para las enfermedades graves o críticas. Además se niegan a recibir monotributistas o jubilados porque se quieren quedar con lo que se conoce como “la crema de la salud”. Nosotros tenemos 530.000 monotributistas en todo el país, somos la obra social que más tiene. Cada monotributista aporta 19.000 pesos cuando el PMO cuesta 58.000″, explicó Bianchi.
Pero no es un tema sencillo de abordar porque aclaró que hay muchos intereses mezquinos que han tornado inviable el sistema en su conjunto: “hay un comportamiento de ciertos sectores de los abogados que tienen como un mito muy especial en la generación de amparos que está llevándose gran parte de los ingresos de las obras sociales conjuntamente con los medicamentos. Los medicamentos, y esto es un dato real y cierto, corroborable, se llevan el 40 % por lo menos de los ingresos a nuestra obra social. De la pandemia para acá y desde hace nueve meses para acá, que se reguló el mercado, han aumentado tres veces la inflación de la Argentina. Son industrias muy poderosas que ejercen con todo su poder el lobby para mantener altas tasas de rentabilidad, sacando del sistema la posibilidad de aplicarlo en darle salud a la mayor población que tenemos nosotros en la obra social”.
Para el Secretario General del SEC, se necesita un abordaje serio y urgente del tema: “el sistema está en crisis. La pandemia desnudó claramente que hay necesidad de abordar el tema de la salud de forma urgente. El derecho a la salud es un derecho importante para la gente, como el ingreso de un trabajador. Las obras sociales tenemos un ingreso porcentual que, solo con el titular, abarca toda la familia y así debe ser, porque es un sistema solidario. Lo público, como todos sabemos, tiene una crisis lejana del sistema, no es solamente actual y también cuando hablamos de lo público, tiene su contracara con la corporación médica, que tampoco son niños de jardín de infantes”.
La crítica de Bianchi fue más hacia el sector privado y no tanto a lo público porque ven ciertas situaciones que son cuestionables: “están corporativizados, ejercen mucha presión desde el rubro más esencial, como los anestesistas. Las super especialidades han empezado a jugar un rol muy importante en la medicina y la robótica y la implementación de la tecnología también. Entonces podemos encontrar empresas importantes de medicina de la ciudad de Mar del Plata que compran aparatos y nos han aparecido seis o siete necesidades de hacer estudio de 2 millones y medio de peso cuando salían 150.000 los que estábamos haciendo hasta el día de ayer”.
La salida a este problema, desde el punto de vista del mandamás del Sindicato de Empleados de Comercio es con medidas fuertes, por fuera de la dinámica habitual: “cuando vos arrastras un deterioro de la salud de 20 años, no se soluciona con buena voluntad. El sistema está dañado y se están tomando decisiones ordinarias para situaciones extraordinarias. Se intenta ajustar con modelos ordinarios y en una situación post pandemia, la medicina y el comportamiento de la gente frente a la medicina es extraordinario. Hay que tomar decisiones extraordinarias”.