El Investigador del CONICET, Guillermo Defosse que se desempeña como director del Centro de Investigación Esquel de Montaña y Estepa Patagónica, habló sobre las causas de los incendios en el sur y las medidas que se deben tomar para prevenirlos.
Los incendios en la zona sur del país que tantas repercusiones han tenido, generan un debate más profundo sobre las causas por las cuáles se originan y las trágicas consecuencias. En ese sentido, el director del Centro de Investigación Esquel de Montaña y Estepa Patagónica (CIEMEP), que depende del Conicet y la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, y profesor titular de Ecología en la Universidad de la Patagonia; Guillermo Defosse hizo un desglose histórico de este tipo de situaciones a través de la 99.9.
“A veces queremos imponerle nuestras reglas a la naturaleza cuando tiene sus propias reglas y tiempos. Estamos yendo cada vez a vivir en la interfaz urbana y rural y en la Patagonia Andina hay lugares de muchísima belleza, pero ahí la naturaleza tiene sus propios procesos y tiempos. El fuego es un elemento que ha estado antes de que llegue el ser humano y si desaparecemos probablemente siga estando”, puntualizó.
Ubicarse en esos lugares obliga a una convivencia con el ambiente pero también los que van deben conocer cuáles son los problemas que se pueden generar: “si queremos habitar ese lugar, tenemos que conocer las reglas de la naturaleza y no ir en contra ellas sino adaptándose para habitarlos con las precauciones del caso sabiendo de ante mano a que nos vamos a exponer”:
Defossé como analista del tema, indicó que los incendios de estas magnitudes han caído a nivel mundial, pero se sostienen algunos que además traen cada vez más víctimas fatales: “si uno mira los datos de la NASA y la revista Science, a nivel mundial la magnitud de los incendios descendió un 25% en los últimos 20 años. Aún así sigue habiendo incendios enormes con afectaciones y la explicación es que cada vez nos metemos a vivir más en áreas muy vulnerables”.
La prevención es entonces el punto fundamental sobre el que se debe trabajar e incluso la mirada a futuro en base a experiencias pasadas: “en estos lugares, tanto Australia como Grecia, Portugal o Estados Unidos; están preparadas las casas pero no los cógidos de planeamiento urbano que definen una forma de entrar, otra de salir y vías alternativas de escape”.
Incluso destacó que el sur es potencialmente muy peligroso: “en la Patagonia hemos tenido mucha suerte porque hay gente que sabe como zafar. De todas maneras, Bariloche va a ser una trampa mortal en algún momento cuando se alineen los planetas con temperaturas altas, falta de precipitaciones por un par de meses; no tiene lugares ni vías de escape preparadas. Una cosa son los deseos de vivir en estas áreas y otro los riesgos que se corren”.
Es que una vez que comienza el fuego, se hace muy difícil detenerlo y lo expresó con una frase de las personas que trabajaron en el incendio: “nos explicaban el otro día que en algunos lugares el fuego se movía a una velocidad de propagación de un metro por segundo, es decir en un minuto hacía 60 metros y es difícil frenar eso”.
La comunicación y la información se vuelven entonces las únicas herramientas para entender que se necesita ser más cautos al habitar esos lugares: “lo más importante es que cuando nosotros gastamos un peso en medidas de prevención, estamos ahorrando 50 pesos los costos de supresión cuando el incendio se produce. Es una parte que los políticos no pueden mostrar y por eso lo tenemos que trabajar como sociedad”.