Gustavo Santos: “Las aerolíneas low cost están dispuestas a aceptar las condiciones actuales”

El ministro de Turismo dijo que, sin embargo, “en algún momento la tarifa mínima de los pasajes va a desaparecer” y que “es clave tener mejores aeropuertos”.

“Tenemos todo para crecer.” Ésa es la frase de cabecera del ministro de Turismo, Gustavo Santos , quien apuesta a seducir a los mercados lejanos -especialmente a los europeos y a los chinos- para llegar a su objetivo de 2019: pasar de los seis millones de turistas extranjeros actuales a más de nueve millones.
En diálogo con LA NACION y en el marco de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) -que se desarrolló en Madrid hasta hoy y en la que el país participó como socio- el funcionario afirmó que, además, busca incrementar las estadías y el gasto promedio por persona de 730 a unos 900 dólares.
Entre las claves del crecimiento deseado, subrayó la importancia de facilitar la conectividad interna. Para eso, mencionó el valor de dar paso a las aerolíneas low cost y, durante la feria, encabezó una firma de acuerdo entre Aerolíneas Argentinas y Air Europa para que la ruta que une Córdoba con Madrid sea comercializada por ambas empresas en modalidad código compartido. Y adelantó que se implementará una fuerte estrategia digital con la ayuda de datos que permitan conocer mejor a los visitantes de la Argentina.

-¿Tienen algún referente entre los países de América latina en cuanto a promoción turística?

-El único referente, pero no de destino sino de producto, puede ser Perú, con la gastronomía. Con el Plan CocinAR estamos siguiendo los pasos que dio ese país esta convertirse en lo que es hoy. Hace 15 años, el 90% de los turistas iba allí por Machu Picchu. Ahora, no solamente aumentó el número de turistas, sino que el 50% va por la gastronomía. En el resto de la región, ninguno se destaca.

-¿Qué tan importante es el desarrollo de la “marca” regional?

-Tenemos que crecer nosotros pero con los demás. Convocamos al conjunto de países a trabajar un poco la marca “América del Sur” para los mercados lejanos, porque salvo España o Italia, que por alguna cuestión familiar puede ir sólo a la Argentina, el resto visita Brasil, Chile, la Argentina y Perú. El mundo tiene registrado en 2015 unos 1200 millones de viajes y Sudamérica participó solamente del 2,6%. Tenemos todo para crecer. Si podemos consolidar nuestra estrategia de promoción, la Argentina será uno de los países modelo de la región.

-¿Cuáles son los nichos en los que la Argentina puede competir con mayores argumentos?

-El principal es la enogastronomía. Luego, el ecoturismo: tenemos parques naturales y reservas naturales, a los que les estamos agregando parques ecoturísticos, como en el caso de los Esteros del Iberá. Cuando avancemos, generarán mucha demanda. Somos líderes en el segmento LGBT y no hay que abandonarlo. La Argentina está considerada como el segundo país de la región más friendly y Buenos Aires la primera ciudad del continente.

-La Argentina es un destino costoso para los mercados lejanos, sobre todo en lo que se refiere a las conexiones internas. ¿De qué manera se está trabajando para convertirla en un país más atractivo?

-Tomamos algunas medidas. La primera de ellas fue haber instalado el reintegro del IVA en el alojamiento para el turismo extranjero. El costo del alojamiento a veces supera al del pasaje si las estadías son largas y que cueste un 21% menos es mucho. También creamos, junto con Aerolíneas Argentinas, la cuponera “Visite Argentina”, que permite comprar entre tres y 12 viajes a precios económicos para vuelos de cabotaje, porque quienes vienen al país quieren conocer más de un destino. Vamos a relanzar el producto este año, porque tenemos expectativas en este plan para que el derrame del turista extranjero no se quede sólo en Buenos Aires.

-¿Cómo evalúa la posible llegada de aerolíneas low cost para mejorar la conectividad interna?

-El punto de partida es comprender dónde estábamos hace 15 años y dónde estamos hoy. En 2001, Brasil, la Argentina, Chile y Colombia tenían entre 18 y 20 pasajeros por cada 100 habitantes, y Perú tenía nueve cada 100. En 2016, la Argentina tiene 21 cada 100; Perú, 39 cada 100; Colombia y Brasil, más de 40 cada 100; y Chile, 56 cada 100. Más allá de que parezca una frustración, estos son los márgenes de oportunidad para la Argentina. Por eso se presentaron cinco empresas en la audiencia pública para las low cost y seguramente en la siguiente se presenten tres más. Con las distancias que tenemos, debemos tener mejores ofertas.

-Y en cuanto a los aeropuertos, ¿qué hace falta?

-Es imprescindible la mejora de los aeropuertos. El plan que presentó el Ministerio de Transporte es el más importante de la historia de la Argentina y nos vamos a quedar cortos, porque con la desregulación que estamos planteando para que haya más inversiones en el mercado aerocomercial, es clave tener mejores aeropuertos. Seguramente vamos a tener un crecimiento similar al de otros países y yo tomo como espejo a Sudáfrica. Cuando empezó a desregular, pasó de tener nueve millones de pasajeros anuales a 29 millones en diez años. Es lo que yo creo que va a pasar en la Argentina.

-¿Cómo siguen los planes para quitar la tarifa mínima en los pasajes de avión?

-Eso finalmente va a tener que suceder. Es una cuestión de oportunidad política, de equilibrio de distintos sectores, porque elegimos una estrategia de gradualismo, pero tenemos muy claro nuestro norte. En algún momento va a desaparecer, aunque no tengo clara la fecha. Los que están metidos en el mercado aerocomercial dicen que los precios de los pasajes van a tender a cero, porque el negocio estará en llevar gente a los aeropuertos y el negocio colateral que esto genera.

-¿Es la tarifa mínima el principal obstáculo para las empresas low cost?

-Todos quisieran pagar menos, pero, en principio, las aerolíneas de bajo costo están dispuestas a aceptar las condiciones actuales. Igual, creo que el costo argentino tiene que ir disminuyendo para que cada vez seamos más competitivos. En la medida en que haya empresas que quieran invertir, no hay más obstáculos.

-¿Se conocen cifras recientes sobre la llegada de dólares al país de la mano de turistas extranjeros?

-No, porque recién ahora se empieza a normalizar. Estaba todo muy distorsionado por el cepo: muchas divisas quedaban en el circuito marginal. Además, el Banco Central tomó la determinación a partir de este año de dar autoridad a agencias de viaje, hoteles y restaurantes para que puedan convertirse en agentes de cambio, porque si bien en 2016 ya había un mercado de cambio unificado y la gente no tenía la necesidad de cambiar en las “cuevas”, por comodidad se iba al “arbolito”. Queremos transparentar esto y que pueda cambiar cualquiera oficialmente.