Un estudio reveló que ciertos hábitos pueden convertirse en factores de riesgo para la aneurisma. Tomar café, tener sexo, hacer ejercicio intenso, sonarse la nariz y hasta hacer fuerza para ir al baño, son algunos de ellos.
Hay hábitos que pueden ser normales para cualquier persona pero que, repetidos en exceso, ponen en riesgo la propia vida. Esa es la conclusión que sacó un grupo de Investigadores de la Universidad de Utrecht, en Holanda, a partir de una investigación que permitió afirmar que el consumo de café, el ejercicio físico intenso, sonarse la nariz con fuerza, tener relaciones sexuales, hacer fuerza para ir al baño, tomar refrescos de cola, sobresaltarse y enojarse pueden aumentar el riesgo de un derrame cerebral. “Todos estos comportamientos aumentan la presión sanguínea temporalmente y facilitan que el vaso inflamado por un aneurisma, se rompa. Así de sencillo”, explicó Monique Vlak, neuróloga en el Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda) y coordinadora del estudio publicado en mayo en la revista Stroke (“infarto cerebral”, en inglés).
En el estudio, se entrevistó durante tres años a 250 pacientes que sufrieron aneurisma para detectar cuáles habían sido sus hábitos y actitudes previos al derrame. Así, los especialistas descubrieron que tomar café fue el hábito más perjudicial, ya que quienes lo hacían tenían casi el doble de riesgo de que algún vaso sanguíneo se rompiera durante la hora siguiente de haber ingerido la bebida. El segundo factor de mayor riesgo es la práctica de ejercicio intenso; luego, sonarse fuerte la nariz y tener sexo.
Los aneurismas se producen por el ensanchamiento de la pared de una arteria del cerebro y se pueden detectar con síntomas como vómitos, problemas de vista, pérdida de conocimiento y fuerte dolor de cabeza. Se calcula que el 2% de la población mundial tiene aneurismas intracraneales, pero pocos se rompen.
“Para las personas con un aneurisma que es demasiado pequeño para poder tratarlo o que está localizado en una zona de difícil acceso para intervenir, es mejor prevenir que curar. Evitar comportamientos de riesgo puede ser su seguro de vida”, precisó al diario El Mundo Ale Algra, del Departamento de Neurología del Centro Médico de Utrecht. “Si suprimen el café pueden reducir en un 10% el riesgo de ruptura del vaso sanguíneo, o en un 4% dejando de tomar laxantes”, agregó.
En nuestro país, quien opinó fue el doctor Francisco Klein, director del Centro de Stroke del Hospital Universitario de la Fundación Favaloro: “el trabajo publicado en Stroke no se refiere al accidente cerebrovascular en general, sino a un tipo específico de hemorragia llamada ‘hemorragia subaracnoidea aneurismática’, producida por la ruptura de una malformación vascular, en este caso un aneurisma. El grupo de Vlak, de la Universidad de Utrecht, estudió en 250 pacientes 30 factores de riesgo que eligieron arbitrariamente. El estudio lo hicieron a través de un cuestionario administrado a los pacientes. Allí encontraron que, de esos 30 factores elegidos a priori, 8 de ellos tenían lo que los autores consideraron relevancia estadística”, explicó el especialista.
Klein fue cauto a la hora de catalogar las conclusiones del estudio: “es un trabajo retrospectivo, con todas las controversias que tiene este tipo de análisis, ya que la pureza de las variables estudiadas es mucho menor. El mismo grupo de investigadores acepta esta limitación; y también asume que el estudio solamente pudo ser realizado en aquellos pacientes que sobrevivieron y en los que pudieron contestar el cuestionario y no en todas las hemorragias siubaracnoideas”.
Según el profesional, las causas anunciadas no están asociadas a la producción de una aneurisma pero sí pueden estarlo a su ruptura.
El doctor Luciano Sposato, director del Centro de Stroke del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, y director del Departamento de Neurología de INECO, aportó otro dato a tener en cuenta: “es importante remarcar que los ACV ocasionados por aneurismas son el tipo menos frecuente. En el Registro Nacional de Accidentes Cerebrovasculares (ReNACer), el 83% fue del tipo isquémico (oclusión de una arteria cerebral) y el 17% hemorrágico (ruptura de una arteria cerebral). Dentro de este último, un 3% fue por ruptura de un aneurisma. En resumen, solo 3% de los ACV es ocasionado por la ruptura de un aneurisma o hemorragia subaracnoidea”.