El economista Camilo Tiscornia analizó el movimiento de los precios en Argentina durante los últimos meses y señaló que se han estabilizado durante el mes de enero. “Acomodar el tipo de cambio no es estrictamente inflación porque para serlo se debe sostener en el tiempo”, agregó.
El movimiento de los precios a fines del año pasado han tenido un impacto importante, pero se han estancado en el inicio del presente año. Ese tipo de movimiento en el mercado lo analizó el economista Camilo Tiscornia en la 99.9, asegurando que “en la medición que hacemos habitualmente detectamos una suba muy fuerte entre fines de noviembre y principios de diciembre, eso muy alimentado con la posibilidad de apertura del cepo. Sobre el fin de diciembre hubo una baja y en enero una estabilidad, han pegado un salto grande sobre todo en algunos cortes de carne”.
La solución para este problema es llevar a un mercado con mayor apertura, según lo que plantea el especialista: “hay una contradicción porque nos quejamos de la apertura económica y los problemas que trae, pero después nos quejamos cuando terminan aumentando todos los precios. La forma de contener eso es con mayor apertura de la economía. Con respecto a los 90, el hecho de contar con un tipo de cambio que flota y genera cierta estabilidad”.
Es difícil hoy saber para el consumidor el precio real de algún producto porque la distorsión ha llevado a eso, pero Tiscornia lo definió como un síntoma habitual de épocas de alta inflación: “se paga pero sin saber si es el precio correcto. Esto es producto de acomodar el tipo de cambio, eso no es estrictamente inflación porque para serlo se debe sostener en el tiempo. Una cosa es el nivel al que ha llegado el precio de la carne y otra cosa es el ritmo de aumento, que es la verdadera inflación. Para que la inflación no se perpetúe es fundamental la negociación salarial”, adelantó.
El gobierno no quiere entrar tampoco en la dinámica de las medidas extremas porque saben que les restará imagen y es algo que ningún político pretende, sobre todo a tan poco tiempo de asumir: “en las transiciones, para bajar la inflación hay que bajar las expectativas. Se debe generar credibilidad y la gente debe buscar en el mercado cosas más razonables. Hoy hablar de una inflación del 40% es una exageración completa”, dijo.
A pesar de reconocer algunos movimientos acertados en el aspecto económico, también reclamó por otros que todavía no se han profundizado: “bajar la inflación en Argentina al nivel que está, en un 20%, es difícil. Tomar medidas muy drásticas muchas veces han tenido en Argentina efectos temporarios y no duraderos. Están tratando de hacer medidas más leves para no perder el apoyo. En el fondo de la inflación está el desequilibrio fiscal y en ese sentido, las medidas han sido escasas”, concluyó.