Sobre la advertencia de productoras de energía de posibles cortes en próximo verano por la situación que está provocando el gobierno que coloca a las a las productoras de energía en una sesión que podría ser eventualmente crítica, el ex secretario de Energía Emilio Apud dijo que “por más que le hubieran dado todo el dinero que quisieran las empresas, en cuanto a las deudas que había por generación o los atrasos en distribución, no son soluciones inmediatas, porque el deterioro se vino gestionando o gestando durante cuatro años, que en realidad fueron 20, de intervencionismo estatal, con el intento de Macri que quiso arreglar las cosas, pero bueno, la opinión pública todavía no estaba preparada para eso, como sí lo está ahora, que se está bancando ajustes fuertes”.
Asimismo detalló que la energía eléctrica que llega a cada casa es el último punto de una cadena que arranca con la generación, el transporte, desde donde están los generadores hasta las distribuidoras, o sea transporte, generación y distribución. “Y los tres eslabones están deteriorados por falta de inversión, por las malas políticas intervencionistas de los gobiernos anteriores. Ahora se está tratando de corregir eso, de buscar un equilibrio. ¿Por qué? Porque todo el sistema energético funciona. De lo que paga la gente es el 8% solamente de toda la energía que se exporta. Todo lo demás, o sea que el dinero viene de afuera. El 92% tiene que generarse acá. Con el populismo energético que se hizo, que en vez de pagarlo como hasta el año 2002, el 92% toda la gente, sólo se pagaba el 10%, el estado pagaba un 40% y el resto deterioro de servicio. Entonces ahora, si se revierten las cosas, es probable que los cortes empiecen a desaparecer de a poco a partir del verano 25-26. Pero este verano, bueno, hay que rezar para que no haya mucho calor, que los ríos tengan agua para las centrales hidroeléctricas, que haya viento para las centrales eólicas”, detalló el ex funcionario.
Por otro lado, Apud se refirió a la energía nuclear, que si bien “goza de mala fama. Yo creo que es muy buena, muy buena porque no contamina, no emite nada. Tiene sí el problema de dónde poner los residuos nucleares después de combustionarlos, que hay soluciones en varios países, porque el tema es que una vez que el combustible atómico se quema, digamos, el residuo tiene contaminaciones por radiación durante más de 1000 años. Entonces lo que se hace es confinarlo en algún lugar, hay uno o dos en el mundo, nosotros teníamos uno pero hicimos mal las cosas y no lo podemos usar, que tienen que ser formaciones de piedras geolíticas y de características espectaculares o especiales, que se hacen túneles en la misma roca y se van confinando ahí por millones de años. No hay ningún problema en cápsulas especiales. Pero lo más común ahora lo que se está haciendo son dispositivos o lugares de hormigón muy bien acondicionados, que permiten durante 200 años tenerlo. Y después de 200 años se especula con que la tecnología va a permitir desactivar en una forma más eficaz esos elementos”, explicó.
También sostuvo que ese formato es caro por todas las previsiones de seguridad que hay que tener en cuenta y no es una solución para nuestro país, pero sí para Francia, que el 60% de su matriz es nuclear. “Pero nosotros tenemos algo que Francia no tiene, es el gas. El gas es el elemento combustible fósil menos contaminante y que lo tenemos que sacar rápidamente a la tierra, sino queda bajo suelo cuando se deje de usar. Entonces nosotros no tenemos problema para la generación térmica. ¿Por qué? Porque se pueden instalar centrales donde más convenga, se construyen en dos años y medio y no son caras y además usan el gas que lo tenemos acá y a precios muy razonables. Entonces, lo nuclear es bueno, pero en la transición es nuclear y gas natural. El gas natural en el mundo. ¿Por qué? Porque la mayoría de los países que generan energía eléctrica masiva, el caso de Alemania, el caso de China, de la India, los generan quemando carbón. Y el carbón emite tres veces la cantidad de anillo carbónico a la atmósfera que el gas natural. Entonces, en la transición, toda esa energía eléctrica que se produce con carbón va a ser reemplazada por energía eléctrica con gas. Y como el gas va a ser muy demandado, ahí tenemos una oportunidad para vender nuestro gas y que no quede bajo el suelo de Vaca Muerta”, detalló el ex secretario de Energía.