El abogado y periodista Carlos Cañón, habló esta mañana en la 99.9 sobre el sistema judicial argentino y definió que la intención es “gobernar con el miedo”. También aclaró que “para eso es necesario que estén los ladrones sueltos”.
La inseguridad tiene distintas aristas desde donde abordarla. Una de ellas es la judicial donde hay muchas fallas que facilitan, a veces, que se cometan delitos incluso muy graves. En ese marco, apareció el juez de Necochea Mario Juliano pidiendo la conmutación de penas de ciertos delitos para disminuir la cantidad de detenidos en las cárceles; una medida que desde el gobierno provincial desestimaron inmediatamente.
El abogado y periodista Carlos Cañón que recientemente presentó su libro sobre el sistema judicial, habló sobre el tema esta mañana en la 99.9 y destacó que “gobernar con el miedo y el delito no es nuevo en el mundo, es un tema que en algunos países se tomó en los años 60 como los Estados Unidos, ni hablar de Cuba o en Rusia donde era la forma de dirigir tranquilamente un país. Lo que dice Juliano lo viene diciendo Zaffaroni”.
Cañón está convencido que esta es la forma en la cuál se pretende avanzar desde un sector de la justicia que el propio juez de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni encabeza. “En uno de los programas que tiene lo escuché decir respecto de las cárceles que no están superpobladas. Sigue diciendo que la cárcel es negativa, quiere eliminar las penas. Entienden que la única manera de estar ordenados es con todos los presos sueltos”, remarcó.
La única manera de detener semejante atropello para todos los ciudadanos, es reaccionar y mostrar la disconformidad con este sistema. “Hace 10 años que tratan de gobernar con el miedo en Argentina y para eso es necesario que estén los ladrones sueltos. Si no reaccionamos con tiempo suficiente, será difícil para nuestros hijos y nuestros nietos”, anticipó.
Por otro lado, reconoció que “esta forma de gobernar es muy eficaz porque el ciudadano común no reacciona, se sigue adelante”; aunque también destacó la aparición de un rasgo ciudadano que antes no estaba presente. “En Argentina es evidente que en los últimos años se provocó una reacción para tratar de buscar un cambio”, agregó.
A nivel local, ya está tratando de buscar personas que puedan apoyar su nueva causa, llegar a los actores judiciales para decirles que el pueblo está en contra del accionar que tienen: “hace falta decirle a los jueces y fiscales a quienes les estamos pagando entre 60.000 y 100.000 pesos mensuales que deberían cumplir sus funciones con mayor eficacia. Debemos decirles que esto no lo toleramos más”.
Su decisión está clara pero tiene que ver con lo que en el cotidiano se vive en la ciudad, en la provincia y el país: “la ciudadanía corre peligro todos los días en la calle”.