Científicos utilizan un nuevo método para encontrar pequeños mundos que hasta ahora habían pasado por alto.
Científicos del Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar (MPS), la Universidad Georg August de Gotinga y el Observatorio Sonneberg (Alemania) han descubierto 18 planetas del tamaño de la Tierra más allá del sistema solar. Los mundos, localizados con un nuevo método más sensible, son tan pequeños que las búsquedas anteriores los habían pasado por alto. Uno se encuentra entre los más diminutos conocidos hasta ahora y otro podría ofrecer condiciones aceptables para la vida.
Hasta ahora se conocen algo más de 4.000 exoplanetas, planetas que orbitan estrellas fuera de nuestro sistema solar. De ellos, aproximadamente el 96% son significativamente más grandes que nuestra Tierra, la mayoría de ellos comparables con las dimensiones de los gigantes gaseosos Neptuno o Júpiter. Sin embargo, es probable que este porcentaje no refleje las condiciones reales en el espacio, ya que los planetas pequeños son mucho más difíciles de rastrear que los grandes. Y es un lástima, porque los mundos pequeños son objetivos fascinantes en la búsqueda de un lugar similar a la Tierra, potencialmente habitable.
Los 18 recién descubiertos entran en la categoría de planetas del tamaño de la Tierra. El más pequeño de ellos tiene solo el 69% del tamaño del nuestro mundo, mientras que el radio del más grande duplica el terrestre. Ninguno de ellos pudo detectarse en los datos del Telescopio Espacial Kepler hasta el momento. Los algoritmos de búsqueda comunes no eran lo suficientemente sensibles.
Método de tránsito
Para buscar mundos distantes, los científicos utilizan a menudo el llamado método de tránsito, que localiza caídas de brillo recurrentes en las estrellas. Eso ocurre cuando un planeta oculta una pequeña fracción de la luz estelar cada vez que pasa por delante del astro. Los planetas grandes tienden a producir variaciones de brillo claras y profundas, pero los pequeños presentan a los científicos inmensos desafíos. Su efecto sobre el brillo estelar es tan tenue que es extremadamente difícil distinguirlo de las fluctuaciones naturales de la estrella y del ruido que necesariamente viene con cualquier tipo de observación.
Ahora, el equipo ha podido demostrar que la sensibilidad del método de tránsito puede mejorarse gracias a un nuevo algoritmo de búsqueda. «Nuestro nuevo algoritmo ayuda a dibujar una imagen más realista de la población de exoplanetas en el espacio», resume Michael Hippke, del Observatorio Sonneberg. «Este método constituye un importante paso adelante, especialmente en la búsqueda de planetas similares a la Tierra».
Los investigadores utilizaron datos del telescopio espacial Kepler de la NASA como banco de pruebas para su nuevo algoritmo. En la primera fase de la misión de 2009 a 2013, Kepler registró las curvas de luz de más de 100.000 estrellas, lo que resultó en el descubrimiento de más de 2.300 planetas. Después de un defecto técnico, el telescopio tuvo que ser utilizado en un modo de observación alternativo, llamado misión K2, pero no obstante, monitoreaba otras 100.000 estrellas a su final en 2018. Como primera muestra de prueba de su nuevo algoritmo, los investigadores decidieron volver a analizar todas las 517 estrellas de K2 que ya se sabía que albergaban al menos un planeta en tránsito.
En la zona habitable
Además de los planetas conocidos anteriormente, los investigadores descubrieron 18 objetos nuevos que anteriormente se habían pasado por alto. Los nuevos planetas son los más pequeños de sus sistemas y la mayoría orbitan a su estrella más cerca que sus compañeros planetarios conocidos anteriormente. Sus superficies, por lo tanto, probablemente tengan temperaturas muy por encima de los 100° C y algunos incluso superan los 1.000° C. Solo uno de los cuerpos es una excepción: probablemente orbita su estrella enana roja dentro de la llamada zona habitable, la distancia adecuada como para albergar agua líquida en su superficie, uno de los requisitos para la vida tal y como la conocemos.
Por supuesto, los investigadores no descartan que su método también sea ciego a otros planetas en los sistemas que investigaron, especialmente a aquellos pequeños a grandes distancias de sus estrellas anfitrionas. Necesitan más tiempo para completar una órbita completa y como consecuencia los tránsitos ocurren con menos frecuencia, lo que hace que sus señales sean aún más difíciles de detectar.
Según los investigadores, su nuevo método abre posibilidades fascinantes. Además de las 517 estrellas que se están investigando, la misión Kepler también ofrece conjuntos de datos para cientos de miles de otras estrellas. Los investigadores asumen que su método les permitirá encontrar más de 100 mundos del tamaño de la Tierra en los datos de la misión principal de Kepler. Además, podría ser útil para la próxima misión PLATO que la Agencia Espacial Europea (ESA) lanzará en 2026 para descubrir y caracterizar sistemas planetarios alrededor de estrellas similares al Sol. Quizás entre ellos se encuentre el tan esperado gemelo de la Tierra.