Científicos de la Universidad de Granada avanzaron con una explicación en torno al misterio de por qué el hombre moderno sobrevivió al homo neanderthalensis, con el que convivió por miles de años.
Hace miles de años, los neandertales y el -el ser humano moderno- cohabitaron en la Tierra. Sin embargo, mientras que los primeros se extinguieron, los segundos sobrevivieron, desarrollaron civilizaciones y pueblan el planeta hasta el día de hoy.
Desde hace años la ciencia busca explicar cuál fue la ventaja o “el arma secreta” que permitió que el hombre moderno sobreviviera y se adaptara a los cambios a través de los años, mientras el homo neanderthalensis desaparecía. Y al parecer, ahora se ha encontrado la respuesta a este centenario interrogante.
Según lo expuesto por un grupo internacional de científicos, en un estudio encabezado por la Universidad de Granada (UGR), de España, la causa de la supervivencia del Homo Sapiens tuvo que ver con un conjunto de genes, 267, para ser exactos, que tuvieron un rol fundamental para el desarrollo de la creatividad.
La existencia de ese componente genético en nuestra especie fue lo que habría permitido avanzar evolutivamente como no pudieron hacerlo los neandertales.
La prehistoria registra que esta última especie dominó lo que hoy es Europa durante 200.000 años, pero se extinguió pocos miles de años después de la llegada del hombre moderno.
En el trabajo de estos científicos, que fue publicado en un artículo en la sección Molecular Psychiatry de la revista Nature a principios de este mes, se asegura que la creatividad jugó un rol fundamental para diferenciar ambas especies.
“Es la creatividad la que confirió al Homo Sapiens ventajas más allá de las puramente cognitivas, favoreciendo una mayor adaptación al medio que al proporcionales una mayor resistencia al envejecimiento, las lesiones y las enfermedades”, señala un artículo publicado en la página oficial de la UGR.
La investigación fue desarrollada de manera multidisciplinaria por diversos investigadores de España, Estados Unidos y Finlandia, que aplicaron a su trabajo sus conocimientos sobre Inteligencia artificial (IA), genética molecular, neurociencias, psicología y antropología.
Diferencias genéticas
Los 267 genes que fueron identificados en este trabajo son exclusivos del Homos Sapiens, y forman parte de un grupo más grande de un total de 972, todos relacionados con la personalidad de los adultos sanos, y que fueron descubiertos por los mismos autores de esta investigación.
En este nuevo artículo de la revista Nature, como en los anteriores, los hombres de ciencia demostraron que esos genes están organizados en tres redes diferentes que comportan características de personalidad y que integran el aprendizaje y la memoria.
Estas tres redes evolucionaron de manera escalonada. Y se fueron diferenciando entre monos, neandertales y sapiens. La más primitiva, que surgió entre monos y simios hace 40 millones de años, es responsable de la reactividad emocional, es decir, regula impulsos, aprendizaje de hábitos, el apego social y la resoulción de conflictos.
La segunda red surgió hace menos de dos millones de años y ella regula el autocontrol intencional, la autodirección y cooperación para beneficio mutuo. Y por último, hace unos 100.000 años surgió la red de autoconciencia creativa.
El estudio que se publicó en Nature puso de manifiesto que los genes de la red más antigua, la de reactividad emocional, eran casi idénticos en sapiens, neandertales y chimpancés. Sin embargo, los genes de autocontrol y autoconciencia de los neandertales estaban a medio camino entre los de los chimpancés y el Homo Sapiens.
Los genes que son diferentes en el hombre “confirieron al Homo Sapiens una mayor aptitud física que a los homínidos hoy extintos, al proporcionarles una mayor resistencia al envejecimiento, las lesiones y la enfermedad”, señalan los científicos en el artículo de la UGR.
Creatividad y cooperación
Los datos genéticos trabajados permitieron a los científicos estimar que la adaptabilidad y el bienestar de los sapiens en relación con los neanderthalensis era de un 30 al 40 por ciento superior, lo que quiere decir que la diferencia de aptitud física entre ambas especies era grande.
“Vivir vidas más largas y saludables puede haber prolongado el período de aprendizaje juvenil y adolescente, que facilita y permite la acumulación de conocimiento. Esta es una característica notable de los humanos conductualmente modernos, y es un factor importante en el éxito económico y social”, destacan los autores en la página de UGR.
Según el estudio, la creatividad alentó a la cooperación entre los individuos para promover el éxito de sus descendientes y su comunidad, lo que permitió la innovación tecnológica, la flexibilidad de comportamiento y la disposición exploratoria necesarias para permitir que el Homo Sapiens se expandiera por todo el mundo con mayor éxito que otros linajes humanos.
De todas formas, los estudios sucesivos de estos científicos demostraron también que la evolución no solamente depende de los genes. Las interacciones con el entorno y con los otros individuos tiene también su parte importante.
“Podemos aprender y adaptarnos según nuestra experiencia, incluso hasta el punto de modificar la expresión de nuestros genes. La creatividad humana, la sociabilidad y la longevidad saludable surgieron como respuesta a la necesidad de adaptarse a las duras y diversas condiciones que había entre hace 400.000 y 100.000 años”, señalaron los científicos de la UGR.